Hay algo en esta ópera prima que me recuerda al nacimiento de otros grandes directores.
Los medios económicos y técnicos son anécdoticos. Es una historia tan ingeniosamente trazada que no precisa de ellos; podría haberse rodado en cualquier localización, y el resultado habría sido similar.

Construída a base de diálogos y situaciones, idea a idea, levanta un castillo narrativo de proporciones anormales, sobre todo si consideramos su presupuesto y condición amateur. Creo que Christopher Nolan es uno de esos creativos libres, que pueden desarrollar una trama bajo cualquier limitación. Es uno de esos grandes que puede volar entre ideas sin quedarse sin combustible. Y cuando eso ocurre... surge un sentido primario de todo, una pasmosa sencillez; la solución a mil enigmas se desliza con coherencia e institnto... Y entonces, un reto como el de diseñar una historia para ser rodada con escasos medios, en localizaciones versátiles, sin renunciar a ninguna de sus pretensiones, no parece ya tan gigantesco. Que cosa tan extraña... la creatividad.