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Antonio Morales rating:
5
Drama In this remarkable true story set in the height of the Cold War, chess legend Bobby Fischer is locked in a gripping championship clash with the Soviets as he struggles against his own psychological demons while the whole world anxiously awaits the outcome.
Language of the review:
  • es
August 25, 2016
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Así se titula el libro que recomiendo a los interesados en el duelo Boris Spassky contra Bobby Fischer en Reikiavik por el campeonato del mundo de ajedrez en 1972. Escrito por el premio Príncipe de Asturias de comunicación y humanidades 2001, George Steiner, y editado por “La Fabrica”, se trata de un estupendo ensayo de un escritor y periodista que asistió al memorable match, donde además de relatar las partidas, habla de los aspectos psicológicos del ruso introspectivo y del americano egomaníaco, así como del mundo del ajedrez y el término que titula el libro, haciendo referencia a las técnicas con que los maestros aplican a las partidas simultáneas, una de ellas es “Campos de fuerza”. Además de las anécdotas y impertinencias del aspirante a la organización, todo ello en uno de los momentos más recordados no sólo de la historia del ajedrez, sino de la Guerra Fría y del siglo XX.

No es de extrañar, que la película haya decepcionado a mucha gente, sobre todo a los aficionados al ajedrez. Pero es que la película de Edward Zwick, bastante discreta artísticamente, no profundiza en el mundo del ajedrez, ni en su técnica, ni en su filosofía y mucho menos en su historia, es más, no está creada para los amantes de tan complejo juego o deporte/ciencia. Es simplemente la biografía, más o menos afortunada de un genio del ajedrez, su vida, sus traumas y frustraciones, su egolatría, su arrogancia, su paranoia, su triunfo como campeón del mundo y su fracaso como ser humano. Una película para el espectador medio que no necesita tener conocimiento del juego de las 64 casillas, centrada en la vida de un genio caprichoso e inmaduro, que arrastra traumas no superados desde su infancia.

La cinta se inicia en los prolegómenos del match, explicitando la inestabilidad y la desconfianza del futuro campeón hacia todo el mundo que le rodea, destrozando y escudriñando el mobiliario de la habitación del hotel en busca de micrófonos que le puedan espiar, en medio de una crisis de autentica paranoia. Ello da paso a un extenso “flash back” en el que conocemos su vida y esfuerzo hasta llegar a Islandia, desde su infancia en Brooklyn, pasando por sus partidas en Washington Square, lugar de culto para los aficionados del tablero, su carácter temperamental e irascible, así como su innato talento para inventar jugadas decisivas y ganadoras. Me gusta más la caracterización de Liev Schreiber como Spassky, que la mediocre e insustancial que realiza Tobey Maguire encarnando a Fischer. La ambientación está bien lograda, pero tiene un claro tufo a telefilm.
Antonio Morales
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