Te hablo como amigo, Woody, porque me llevas deleitando desde los ya lejanos tiempos de mi juventud. Y ya vale, Woody.

Te dejamos pasar el fiasco de "Vicky, etc.", atribuyéndolo a la maléfica influencia de los peliculeros y productores españoles. Pero esto es imperdonable, Woody, vuelves a Manhattan y a tu gente y a pesar de eso nos endilgas una película lineal, previsible y tosca, cuyo guión, eso sí -¡aún hay esperanza!- contiene algunas réplicas que arrancan la carcajada.

¿Cuándo nos darás otra "Match Point"?

All the best,