Esta es, posiblemente, una de las tramas más flojas que he visto en mucho tiempo. No es que sea una historia boba o sin razón de existir, que no lo es. Ocurre simplemente que quien escribió esto no se detuvo unos minutos a preguntarse: ¿Por qué?

Es decir: ¿Por qué los villanos de turno hacen lo que hacen? ¿Qué pretenden? ¿Por qué o para qué le disparan a la gente o a los robots? ¿Por qué, en las circunstancias dadas, sacan las conclusiones que sacan hacia el protagonista, si no existe siquiera una muy mala razón? Y es que aquí no hay razón, no hay motivación. El concepto de causa - consecuencia no existe.

El gran pecado en el guión de Autómata es carecer de lógica. Parece concebido para llenarse de agujeros argumentales por los que cabría un caballo mientras se apega alegremente a todos los clichés del cyberpunk habidos y por haber, siempre que se adapten al escaso presupuesto con que buenamente se contaba. Vamos, Los malos están ahí porque tienen que estar, y hacen cosas de malos porque es lo que se espera de ellos, aunque no tengan realmente ninguna necesidad de hacerlas. Las grandes preguntas filosóficas se plantean solo a medias, como balbuceando, y luego quedan ahí, sin más.

Autómata empieza bien. Muy bien de hecho... igual que el Titanic, y con el mismo destino.