Vengo del cine de ver El lobo de Wall Street que en España, creo, se estrena mañana. Hacía tiempo que no me divertía tanto con una película tan gamberra, las tres horas de metraje se me pasaron voladas. El cine lleno exceptuando las cuatro primeras filas que ya ni se atreven a vender (claro, nadie paga para pillar tortícolis). Compré tres horas antes la última entrada. Sí, la última; Sara estaba mala y siempre he sabido ir al cine sólo. El cine, la escritura y la lectura son actividades como la masturbación: se disfrutan, casi siempre, mejor a solas. La moda de ir en parejas se estilaba antiguamente cuando estas -antes de presentarse en las respectivas casas- utilizaban el pretexto del cine para desinhibirse y meterse mano. Ahora, con la práctica del amor libre y sin las presiones católicas, los padres son más tolerantes y estos preliminares del amor ya se pueden emprender en casa.

Vi el trailer antes y la peli me recordaba a la mediocre Hoguera de las vanidades, y con mediocre me refiero, evidentemente, a la película, no a la novela. Recuerdo que Di Caprio fue también candidato para interpretar a Patrick Bateman, el protagonista de American Psycho- película sobre Yuppies también con similitudes a esta basada en el libro de mi escritor predilecto Bret Easton Ellis (máximo exponente de la generación MTV)- que finalmente fue interpretado en una actuación estelar por Christian Bale. A día de hoy Di Caprio también hubiera dado la talla en ese papel. El duo Scorsese-Leonardo es tremendo, he visto todas las películas de ambos y no hay una mala; aunque unas mejores que otras, claro está.

La comedia negra sobre los reyes del universo- expresión no propia sino acuñada por Tom Wolfe- contiene escenas tarantinescas que te llevan a la carcajada, hasta el punto que llega uno a sentirse cómplice por reírse de barbaridades así. Al final, la sala aplaudió, cosa que ya casi no pasa nunca. A continuación dejo el trailer, por si a alguien le interesa. Abro una botella de vino ecológico de la tierra; nada, de tres euritos (la calidad del vino no siempre depende de su precio, así como el nivel de felicidad- a diferencia de lo que piensa el protagonista de la peli en cuestión- no es directamente proporcional al nivel de gasto) y me pongo a ver otra película de culto en You Tube. Esta vez se trata de Suspiria, del director italiano Dario Argento.