La frase comercial del filme lo dice todo, se nos propone una película de terror con visos de humor negro.

Estamos en presencia de una cinta sobre “médico” loco con un alto coeficiente intelectual, un “galeno” que ha enloquecido y posee muchas ganas de ejercer ilegalmente la medicina asesinando gente, debido a una traumática infancia donde su padre –también doctor en medicina- no pudo salvar a su esposa de una enfermedad cardíaca. De esta manera Evan Rendell –conocido como Dr Giggles- escapará del hospital psiquiátrico en el cual le han recluido y buscará vengarse de aquellos que lo tratan de loco y que según él han destruido a su familia.

Es un filme bastante truculento en sus variantes, donde la temática médica se presta precisamente para todo ese desarrollo sanguinario y perverso que la cinta irradia.

La película utiliza en sus diálogos bastante humor negro relacionado a la jerga médica, así que además de ser una sangrienta cinta de terror posee buenas dosis de humor malsano.

Claro que el argumento está débilmente trazado, que sus alternativas muchas veces poseen baches lógicos y que se evidencia que no hay mucha elaboración narrativa como para ser sólida desde su texto.

Y ya que hablamos del guión, debemos aclarar que esta película adapta el cómic de terror de la editorial norteamericana Dark Horse que lleva el mismo nombre.

La idea es sencilla, plasmar en la pantalla una historia de horror donde la locura y los traumas del pasado llevan a un “doctor” a vengarse en forma macabra de todos los habitantes de su antiguo pueblo. De esta manera se plantea un slasher médico, donde se despliegan una serie de asesinatos muy sangrientos llevados a cabo con instrumental y modus operandi propio del ejercicio de la medicina, sólo que en forma siniestra y alevosa.

Cabe agregar que la cinta está bien presentada desde los aspectos técnicos: lograda fotografía, correctos efectos especiales, buena ambientación escenográfica, climas opresivos y amenazantes, aire malsano y enfermizo, muertes bien conseguidas desde lo visual, y además nos beneficiamos con la sugerente presencia carismática de un Larry Drake que encarna muy bien al Dr Bisturí, nombre como se le conoce en América Latina.

En fin, es una pena que el argumento sea tan lineal y simplón, pues de haberse pergeñado más la estructura narrativa y de haberse dotado al tejido argumental de mayores variantes, entonces estaríamos en presencia de una cinta mucho más absorbente desde lo textual.

Sigo en "spoiler" sin contar nada que no deba saberse