Tras el éxito, la secuela era inevitable. Esto hacía dudar a los más escépticos marvelitas acerca de que "Los Guardianes de la Galaxia" pudieran continuar por la senda victoriosa de taquilla y dignidad de la adaptación comiquera. Sin embargo, James Gunn mantiene muchos de los ingredientes que hicieron buena a la primera parte, además de poner otras cosas sobre la palestra.

En primer lugar, sorpresas a la hora de los villanos. Aquí tendrán más motivaciones que la mera destrucción. Ello es de agradecer y permite crear un guión más interesante. Quizás se haya perdido alguna pelea espectacular por el camino, pero ya hay bastante acción en los anteriores actos.

Como grupo, cada intérprete funciona muy bien y en armonía con sus socios. Chris Pratt da ese toque ochentero tan necesario a Starlord, Zoe Saldana sigue comodísima como hijastra de Thanos, mientras que Dave Bautista ve cómo los guionistas le dan los diálogos precisos a Drax y su taciturna expresión. Bradley Cooper y Vin Diesel prosiguen como dobladores de Rocket y Groot.

Con todo, quizás la composición más meritoria sea la de Michael Rooker, quien sabe ir enriqueciendo mucho a Yondu, del cual descubriremos cosas sobre su pasado y relación con los saqueadores, carismático cameo de Stallone incluido. Mención aparte un Kurt Russell que brinda toda su fuerza para hacer a una de las principales novedades de esta nueva entrega de la saga.

Muchos grandes clásicos de la cultura pop entre medias y el consabido guiño de Stan Lee. Todo encaja para los incondicionales de "La Casa de las Ideas". El Halcón Milenario superheroico se mantiene viento en popa y a toda vela, mientras se mantega esta sana esencia de combinar épica galáctica con un saludable sentido del humor.