"Por fin viuda" es una obra que quiere adentrarse en el espinoso tema de la comedia negra, un arma de doble filo. Para ello, Isabelle Mergault se confía a Michèle Laroque, magnífica elección puesto que en el panorama del cine galo hay pocas intérpretes que se muevan con tal eclecticismo entre el drama y lo cómico. Además siempre deja un toque sutil y de cosecha propia.

Tardamos poco en empatizar con esa mujer atrapada en un matrimonio que hace tiempo no funciona, teniendo como principal refugio una aventura extraconyugal. La inesperada y absurda muerte de su marido debería dejarle, al fin, el terreno libre para encauzar su vida, si bien pronto choca con la bienintencionada (e inoportuna) ayuda de su familia, dispuesta a torpedearle todo.

La cinta se ve con agrado pero sin llegar a deslumbrar. Da la sensación de que el guión ha trazado poco a los personajes, con la honorable excepción de la carismática protagonista. Irónicamente, dentro de su negrura a "Por fin viuda" le haría falta un poco de emotividad en algunos momentos, más enfrentamientos emocionales y moverse más entre dos aguas.

Merece la pena por el talento de Laroque, aunque, como bien apunta en esta misma página Rossi 88, hay un exceso de light en todo el tono de esta pequeña ópera bufa.