Una de las mejores comedias del cine, con numerosos gags, en algunos momentos facilones, pero que en modo alguno empañan esta maravillosa película, con unos personajes muy bien logrados y ambientada en un pequeño pueblo irlandés con una atmósfera muy peculiar a la cual el espectador queda trasladado de inmediato.

Viendo esta película, el espectador se da cuenta de lo sencillo que puede ser hacer una gran película, sin los cada vez más habituales giros de guión y demás artificios, ya que, estamos ante una película lineal, en la que se van sucediendo las situaciones divertidas y anecdóticas, dejando una sensación de felicidad bobalicona que dura desde la primera escena hasta el final de la película.

Hay multitud de listas de películas en las cuales se valora el mejor final de la historia del cine, pues bien, si se hiciese una lista con las mejores escenas iniciales, ésta estaría entre ellas con toda seguridad. La primera escena es grandiosa, la mejor forma de conectarte con el film posible.

En resumen, quien desee pasar un rato agradable olvidándose de todo, sin mayores pretensiones, y disfrutar de una historia agradable y divertida que no dude en ver esta película.