He de reconocer que no sentía especial interés por Penélope Cruz, sus inicios en el cine español no llamaron mi atención, mientras que sus primeros trabajos en Hollywood (distintos subproductos junto al galán de turno) no hicieron sino corroborar mi total indiferencia. No fue hasta que protagonizó Volver y brilló en Vicky Cristina Barcelona (ella era lo mejor de la película) que pude ver, por fin (¿tal vez ceguera mía?), lo buena actriz que podía ser.

La que nos ocupa, Volver, narra las vivencias de un grupo de mujeres pertenecientes a una misma familia. Así, somos testigos de las alegrías y penurias de algunas de sus integrantes: dos hermanas, Raimunda (Penélope Cruz) y Sole (Lola Dueñas), la difunta madre de ambas (Carmen Maura) o la hija de la primera (Yohana Cobo).

Almodóvar deja de lado su carácter más subversivo para realizar uno de sus largometrajes más intimistas y rurales (se supone que ligeramente basado en recuerdos de su infancia). Estamos ante una película ideal para que los no iniciados en el trabajo del cineasta puedan acercarse al mismo, porque aunque no es la más representativa (si bien los fans encontrarán en ella varias de sus constantes) sí que acaba siendo una de las más accesibles. Además, sobresale su impecable reparto (mención especial merecen unas fantásticas Penélope Cruz, a la que se le perdona incluso algún cambio de acento, y Blanca Portillo o una entrañable Chus Lampreave). Volver no me parece la mejor película del manchego (de su extensa filmografía me quedo con Todo sobre mi madre), pero sí una de las más notables.