La película arranca con un neurocirujano que se enfrenta al reto de separar a dos niños siameses unidos por el craneo y lograr que sobrevivan ambos, cosa que nadie ha logrado hasta el momento. Automáticamente da un flashback a su infancia para narrarnos durante todo el metraje como criándose en un hogar humilde ha llegado a la élite de su profesión.

La película no narra nada realmente extraordinario y es que el cine (americano sobretodo) ya nos ha contado muchas veces historias de superación similares a las cuales esta no aporta nada que no hayamos visto ya. Niño de color, ninguneado en la escuela, que él mismo se cree tonto y con una madre que pese a tener miedo que su hijo tenga razón y ella mismo valorarse poco, pone todo su empeño económico y emocional en hacer que sus hijos (aunque basicamente se centren en uno que es el protagonista) tengan ese futuro que ella no pudo tener.

Y no tiene más misterio. La cinta, un telefilm puro y duro tiene un camino marcado del cual no se desvía en ningún momento por lo que no sorprende y lo que es peor...no emociona. Pese a ello y ser en todo momento convencional y plana, su visionado es agradable, con una narración ligera y un reparto encabezado por Cuba Gooding Jr (el cual es un ejemplo claro de actor que prometía mucho y se quedó en el camino estancado en producciones mediocres, muchas de ellas para tv) que cumple aunque no destaque.

En resumen: un telefilm de ligero visionado, que no cuenta nada nuevo pero que no resulta ridículo ni pesado en ningún sentido como pasa muchas veces con este tipo de producciones.

Nota: 4'8

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