Perturbadora. Así es Drive, como la calma que precede a la tempestad, tensa, de un silencio ensordecedor que parece a punto de estallar en cualquier momento.

Nicolas Winding Refn nos trae una cinta donde conviven en perfecta armonía el romanticismo más tímido e intimista con la violencia más cruda, para dar uno de los mejores thriller de los últimos años.
El gran papel de Gosling va acompañado de un elenco de secundarios como Cranston, Ron Perlman o Albert Brooks, que construyen una atmósfera de mafia, carretera y aceleradores, genuina y trepidante.

A destacar, su singular estética, un poco tarantinesca coqueteando con la serie B; una banda sonora diferente, su espectacular fotografía mostrando la noche de Los Ángeles de neones y asfalto; y sus magnificas persecuciones a manos de Mustangs y Chevrolets. 
No puedo evitar pensar en Taxi driver, en la forma en la que Drive busca una tensión creciente que inevitablemente desembocará en violencia.

Drive probablemente no sea una obra maestra, pero desde luego te golpea en los sentidos con su violencia seca y sin adornos, y te encandila con su banda sonora y estética propia, mostrando algo nuevo y refrescante en un género ya muy trillado.

Abróchate el cinturón, vigila tus espaldas y protege a quien quieras, porque puede que en algún momento se desate la tempestad.