A pesar de ciertos tópicos sacados de películas "insidiosas", como la monja ciega que todo lo ve, o una actriz protagonista demasiado inexpresiva en momentos que debería transmitir el miedo o angustia por lo que su personaje está pasando. Esa inexpresividad, sin embargo, funciona de maravilla cuando nos habla de su aislamiento social; provocado por una madre demasiado ocupada con su trabajo para poder escuchar a su hija y una amigas que le hacen el vacío; encerrada en su habitación con música de Los héroes del silencio. La película consigue asustar y estremecer en los momentos que abandona la copia de película americana y nos lleva por caminos más comunes y conocidos, y sobretodo, más realista como corresponde a una película basada en un hecho real.

Decir que este que escribe salió del cine acojonadillo perdido, tuvo problemas en bajar a los servicios, y que los 200 metros (metro arriba metro abajo) que separa el cine del lugar donde tenía el coche, se hicieron eternamente largos. Y todo a plena luz del día.

Mención especial a los tres niños que hacen de hermanos de la protagonista, en especial la gemela sabihonda y Antoñito. Ese Antoñito merece un Spin off inmediato.