Joker atrapa desde el minuto uno, una historia personal pero con mucho trasfondo en lo social. Un guión emocionalmente muy potente y con una actuación del protagonista que es soberbia, pero lo que también me ha parecido brillante, han sido esa cuidada puesta en escena con sus diferentes y originales planos de Joker con esa gran banda sonora.
2 horas para disfrutar del séptimo arte...

JL Cuerda con algo de "Amanece que no es poco", los Monty Python y "Museo Coconut".
No es una comedia fácil, ni simple. Con certeza, la odiarás profundamente o te encantará su delirante crítica al sistema.

Reconozco que fui a ver 'madres paralelas' con ciertas reticencias, pero en tan solo unos minutos de metraje me di cuenta de que esta película era diferente, y no me refiero solo al trasfondo político, me refiero al estilo y la forma. No quiere extenderme en exceso, así que me centraré en destacar lo que más me ha llamado la atención.

Lejos de algunas críticas que he leído, la historia me ha parecido potente, sencilla y a la vez natural, sin la sensación de guiones forzados y retorcidos, sin escenas exageradas (a veces rozando lo grotesco) o incluso con puntos surrealistas.. Nada de eso sucede aquí.

Es cierto que aparecen algunos los estereotipos típicos 'marca de la casa' pero esta vez son totalmente intranscendentes y secundarios, ya que se trata sobre todo de una historia que gira en torno a la mujer, su maternidad y el pasado muy presente de las fosas comunes de la Guerra Civil, con una Milena Smit muy solvente y una Penélope Cruz sencillamente magistral.. tanto que creo para mí es su mejor interpretación, resolviendo un papel muy difícil de interpretar, con esos primerísimos primeros planos..con una naturalidad que nos hace conectar inmediatamente con la protagonista.

En cuanto a Almodovar, no solo me he reconciliado con él, creo que es una de sus mejores películas; sIn artifícios, sin excentricidades, puedes notar su sello en sus estilos (decoración, combinación de colores, la ropa, la música..) pero mucho más discretos para no robar protagonismo al argumento; un film sobrio, transparente, tan natural como potentemente emocional, que atrapa de principio a fin y que evidencia la valentía del director manchego y no solo en el cambio de estilo, sobre todo en la arriesgada apuesta política que a buen seguro le va a pasar factura ( y él lo sabe) en un país todavía hoy dividido que no ha cerrado viejas heridas de la Guerra Civil Española.