Sin duda vivimos en un país donde si te sales de los dramones deprimentes pre-post guerra civil, de los silencios eternos en escenas interminables de fotografía preciosa, de historias de jóvenes marginados y de comedias pseudo-ordinarias que exploten tópicos de esta España mía -todos con sus excepciones que confirman la regla, por supuesto- tu producto es visto con recelo, desconfianza y yo diría que hasta envidia.
Gonzalo Bendala nos presenta un thriller de suspense con tintes de comedia negra que no sólo funciona a éstos niveles sino que se deja la sensación -que pocas veces deja el cine patrio- de haber invertido bien nuestro tiempo y dinero en el precio de la entrada.
Un ritmo endiablado, unas actuaciones sobradas y una historia delirante -inspirada en unos hechos reales aún más delirantes- hacen que poco más de hora y media de metraje se pasen como un suspiro.
Una ambientación impecable, una genial fotografía y una música perfecta completan una obra que, si bien puede tener sus fallos -recordemos que esamos ante una "ópera prima"- éstos son compensados sobradamente por el conjunto.
Críticos pedantes y gafapastas os diré algo de lo que es para mí el cine: ENTRETENIMIENTO por encima de todo...y si el objetivo es entretener, ésta película lo logra con creces.
Público en general: dejáos llevar por las intrigas y dudas morales de éste grupo de estudiantes y disfrutad de una película emocionante, divertida y sobre todo, muy muy entretenida.