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Colombia Colombia · Bogotá
Críticas de Juan Jaime
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
3
22 de febrero de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con un director experimentado en el cine comercial, trailer prometedor, actores medianamente recomendables y una selección particular de influenciadores queridos dentro del popular colombiano, no fueron suficientes para levantar el desastre de guión que tiene Loco por vos, la más reciente película del director Felipe Martinez Amador.

Con una premisa entretenida dentro del ámbito sociocultural colombiano,Un bogotano tradicional que trabaja en una agencia creativa interpretado por Roberto Ubina conoce casualmente en una fiesta a la prima paisa de su jefa interpretada Laura Londoño. El desastre empieza cuando este personaje quien solo comparte una noche de copas con esta chica y de la cual no tuvo ningún acercamiento emotivo más allá de algunas frases ligeras y unos bailes de reggaeton, Termina "profundamente" enamorado (pisando las lineas de lo obsesivo) y bajo los consejos de su mejor amigo, un estereotipado chico de clase alta decide viajar a la ciudad natal de esta chica para suplicarle que tengan una relación. Lo que no esperaba este personaje es que al llegar tendría que compartir y soportar a la familia regionalista de la protagonista e intentar agradarles a la fuerza. (muy a lo Ocho Apellidos Vascos).

Puede que a los románticos nos parezca encantador la creencia del amor arriesgado, noble y puro que lucha por un ideal, pero lastimosamente con esta película todas esas situaciones están tan mal fundamentadas que al espectador no le permiten tener ningún tipo de afinidad con los personajes, a medida que el protagonista va entrando dentro de la familia, lo que se esperaría que fuera unas situaciones cómicas que no rayen dentro de lo ridículo terminan convertidas en un sinfín de malos ratos, con bromas exageradas y situaciones premeditadas y descaradamente coincidenciales. El uso de la música es forzado, intentando amenizar momentos que no tienen un conducto narrativo coherente. Hay un cierto manejo del tiempo que se ve forzado en cuanto al montaje ya que parece utilizado exclusivamente para que la película dure lo suficiente.

Más que una critica esta es una reflexión hacia las productoras nacionales que se esfuerzan arduamente en conseguir recursos, equipo técnico y artístico pero que descuidan la labor del guionista y las estructuras narrativas clásicas que si se hubieran aplicado de forma correcta hubieran entregado un film prometedor.


*Para los lectores internacionales, el termino paisa se utiliza para referirse a los habitantes de algunas regiones colombianas de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, noroccidente del Tolima y Norte del Valle del Cauca. Otro termino que encontraran es el del "Rolo" que son los nacidos en la capital.
Juan Jaime
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8
22 de febrero de 2020
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años películas de jóvenes directores occidentales ha conquistado los festivales más importantes del mundo con obras de carácter crítico que permiten al público entender y digerir lo que ha sucedido en sus países en los últimos 25 años. Esta nueva generación es consciente de que el extremismo y fundamentalismo que tanto daño ha ocasionado, no debe volver a repetirse. Los fascismos de cualquier índole, las dictaduras independientemente de su lugar de origen o las variantes de represión comienzan siempre por los grupos minoritarios para terminar concentrando mayores cuotas de poder y representación social como lo ha sido siempre y aún más durante la guerra civil de Argelia en 1990 donde se desarrolla esta historia.

Para entrar en contexto socio-político, el estado argelino después del declive electoral que amenazaba con poner a un partido islamita en el poder, trato de luchar contra los rebeldes empeñados en la yihad y la instalación de una república islámica. Esto provocó la muerte de miles de civiles y el cambio de las costumbres sociales relativamente liberales debido a la continua amenaza de violencia y de propaganda religiosa.

Las Papichas, término utilizado para referirse a las jóvenes argelinas liberadas y de dinámicas “libidinosas”, son las protagonistas de este enérgico drama con poderosas actuaciones en las que gradualmente un grupo de jóvenes toman la decisión de rebelarse organizando un desfile de modas contra la creciente ola islamita y la preservación de sus cuestionables tradiciones. Vale la pena resaltar que esta historia es libremente basada en hechos reales.

Esta película va más allá de ser considerada una obra de etiqueta feminista, la directora rusa Mounia Meddour, nos habla sobre la limitación de las libertades con unas poderosas escenas en las que la auto expresión femenina es negada y empañada por enemigos sociales y políticos, así como por sus amigos más cercanos.

De manera ingeniosa la ropa y los textiles son el hilo conductor en los que por medio de metáforas sutiles e ingeniosas tanto en la escritura como en la fotografía logran introducirnos en las amistades femeninas, la solidaridad fraternal y las posibles reacciones ante el cambio social forzado. El trabajo muy bien logrado de la cámara en mano, nos permite observar desde su primera secuencia a mi parecer la mejor lograda del film como Nedjma y sus amigas transitan de una resistencia pasiva y de atmósfera claustrofóbica a una progresiva toma de conciencia y apertura visual enfocada en lo superficial de los cuerpos, la feminidad y las acciones que impulsan nuestra simpatía hacia los personajes. Las sorpresas que depara la película principalmente en su tercer acto son de los momentos más estimulantes y ácratas de todo el film.

El señalamiento crítico de la directora mantiene toda su vigencia en la mayor parte del mundo islámico, revelando de paso la carga de intolerancia misógina que aún prevalece en muchas sociedades occidentales y que explica las crecientes revueltas femeninas en las calles. Desde esta perspectiva, Papicha es una obra para cualquier tipo de público, dejándonos una reflexión que cobra una importancia en la actualidad irrebatible
Juan Jaime
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4
25 de mayo de 2020
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La nueva serie colombiana de Netflix y producida por Dago García. No se distancia de la clásica – abusada, predecible - línea narrativa y argumental que ha intentado (pero que aún no logra constituir de manera solida y mucho menos verosímil a pesar de décadas con éxitos y fracasos) representar el insustancial arquetipo de lo que es el colombiano de clase media.

En siete episodios nos cuentan la historia de un mago y su familia quienes trabajan en primeras comuniones y fiestas infantiles hasta que un día logran llevar a cabo un truco sorprendente, el problema es que, en medio de su acto, desaparecen a un narcotraficante y no saben cómo traerlo de vuelta.
Chichipatos no es más que una serie de sketches mediocremente conectados que muestran el absurdo y la tontería exagerada que tanto ha afectado la imagen y la percepción del país, Tanto las situaciones como los personajes están en función de explotar el irracional drama del padre (Antonio Sanint) quien se victimiza más que Roberto Benigni en La vida es Bella. A excepción de la formidable María Cecilia Sánchez quien le da un aire fresco y coherente a pesar de las disparatadas situaciones que se presentan, el resto del reparto fue seleccionado notoriamente por su popularidad comercial más que por los requerimientos en el guion.

Unos claros ejemplos de que los personajes de la serie están puestos en pro de rellenar más no de dar unidad ni complejidad al relato podrían ser el villano de la historia quien es un débil narcotraficante infantilizado al cual no se le ve ningún propósito, más que aportar chistes torpes y clichés norteños. El hijo de la familia es un actor argentino quien se ve bastante incomodo y que poco habla para no hacer evidente su acento, El uso innecesario de la detective infravalorada y sexualizada por medio de secuencias en las que solo enseña su cuerpo en pasarela y que es contratada para desarrollar un caso que le queda grande y la terminan enamorando para darle una salida decente o el influenciador famoso en la región que hace comedia a partir de su acento, más no de su personaje… entre otros, hacen de esta serie un mar de momentos vergonzosos que no producen ni una sola carcajada.

En un momento en el que las plataformas de streaming están invirtiendo y dándole voz a producciones nacionales, deberían tomarse enserio los contenidos y las profundidades de los mismos a la hora de construir imagen y construir una visión de país en el audiovisual, es entendible y valida la importancia del Dago García Universe para la cinematografía nacional y somos defensores de que estas comedias continúen elaborándose, pero si se debe hacer un mejor análisis a nivel narrativo de los cambios y transformaciones de la comedia frente al espectador que consume sus contenidos en el streaming.
Juan Jaime
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7
22 de mayo de 2020
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Esta incógnita podrían haberse hecho cientos de Cubanos en el 69 cuando Fidel Castro sometió a su pueblo a décadas de encierro e ideologías socialistas. Cuba con el paso del tiempo, caída y posterior muerte de Fidel, se presento al mundo como un país congelado en el tiempo, característico por edificaciones manchadas por el olvido, la profunda desesperanza y sus calles desbordantes de soñadores inmóviles que con la mirada delatan años de escasez y pobreza, Este el escenario y eje central en el cual siete directores de la élite han decidido narrar cada uno un segmento que unifica la visión de un país que para muchos era todo un enigma.

Lo interesante de esta obra como objeto de estudio, es apreciar el momento en el cual se encontraba Cuba en el 2012. Dejo de ser un país escondido y casi mitológico para abrirse de forma abrupta al apoteósico sistema global en el que vivimos. A la isla llegaron corrientes innovadoras, consumistas y promotoras de sueños que ya no obligan a la clandestinidad. Sin embargo, al vivir sometidos a un régimen opresor durante décadas, es todo un proceso social, político, cultural y emocional, el poder adoptar costumbres, pensamientos e ideologías extranjeras. Este filme nos introduce a la cultura Cubana de adentro, la de verdad, no la turística o la que el cine extranjero nos ha intentado construir dentro del imaginario del foráneo.

A diferencia de películas como Memorias del subdesarrollo (1968) o La muerte de un burócrata (1966) del director Tomás Gutiérrez Alea en las cuales se presentaban personajes que se adaptaban al nuevo régimen Cubano que se acercaba, este filme nos llevo al final de una era, los despojos del aprisionamiento y la dictadura en una sociedad temerosa de lo que podría presentarse en el exterior.

Estos directores al venir de lugares, narrativas y sentires diversos. en donde cada uno maneja un estilo y unas formas de construir atmósferas, (unas más características que otras.) Tendrían que infundir un valor de unidad tanto conceptual como técnica en referencia a la verosimilitud residencial . De este modo, dicha labor y responsabilidad no podía ser exclusivamente una cuestión discursiva. Estas siete historias en su mayoría están escritas por el novelista Leonardo Padur; Quien mejor para conocer el sentir de un pueblo que un escritor inmiscuido en su propia patria, que pueda conocer e impulsar la inmersión de una corriente cubana desde las letras hasta la pantalla.

Por último y por mera fascinación personal, me gustaría destacar el trabajo del director libano-palestino Elia Suleiman, con su corto que él mismo interpreta. El cineasta espera ser recibido por Fidel Castro, quien lo hará después de dar un discurso público... lo que le da tiempo al bueno de Elia de visitar prácticamente toda La Habana, y hacerlo con su mirada entre angelical, crítica e incisiva, con brillantes soluciones formales y un rigor en la construcción del encuadre que resulta admirable. Un deleite completo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Jaime
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10
4 de abril de 2020
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Dolor y Gloria narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine afligido física y mentalmente ante la imposibilidad de seguir rodando y la dificultad de separar el cine de su propia vida.
La cinta comienza con el veterano director magistralmente interpretado por Antonio Banderas aguantando la respiración bajo el agua de una piscina como si estuviera atrapado en un espejo, tal y como sucede en algunas películas de Cocteau, director fundamental en esta obra.
Lo primero que atraviesa la pantalla es el dolor y la metáfora de un relato a corazón abierto en la que Almodóvar retira audazmente el telón para revisar sus propias inseguridades narradas a través de sus toques distintivos: colores audaces, abrazos apasionados y abundantes referencias a sus inspiraciones cinematográficas como lo son Pier Paolo Pasolini en “Mamma Roma”, Lucrecia Martel en “La niña santa”; Luis García Berlanga en “El verdugo”; Marilyn Monroe en “Niágara”; entre otros.
Podría decirse que Dolor y Gloria cierra la trilogía de sus obras más personales, que inicio con La Ley del Deseo (1987) y posteriormente La mala educación (2004). En estas tres obras podemos encontrar características similares que quedan abiertas y terminan cerrándose con esta cinta y en su punto más alto como lo son: los traumas infantiles, la construcción de la identidad homosexual y el abandono.
Gran parte del relato de esta película opone la vejez a la infancia del personaje como su reflejo invertido. La infancia; descrita por medio de iluminadas y hermosas escenas junto a su madre Penélope Cruz, algunas tendedoras en las que se destaca la cantante Rosalía, el albañil Arturo (interpretado por Cesar Vicente, quien lo acompaño también en La Mala Educación) y la figura de un padre ausente, hacen de la infancia de Salvador o la que bien podría ser de Pedro, un memoir de melancólicos recuerdos de una infancia herida, de un niño diferente por su talento y de su sexualidad sutilmente retratada a través de la secuencia de “Mi primer Deseo” uno de mis momentos favoritos de la película.
Por otro lado, la vejez de Salvador se ve protagonizada por problemas físicos, adicciones y el doloroso ejercicio de la introspección. El conflicto comienza desde que lo invitan a presentar la versión restaurada de su filme “Sabor” (Que en la vida real seria La ley del Deseo). Con ello vendrá también un reencuentro con el actor Alberto Crespo (Asier Etxeandia) y el aprendizaje de un escape: la heroína.
¿Qué podría ser más radical que revelar sus propias debilidades? Almodóvar exprime sus angustias, dudas y soledades, proyectando en la historia de Mallo un profundo testimonio personal y artístico en el que más que ser un reflejo se convierte en un duplicado igualmente perfecto de sí mismo. Puedo decir sin duda alguna que esta conmovedora e inolvidable película se ubica con contundencia entre lo mejor de la filmografía almodovariana que ya ha superado los 20 largometrajes.
Juan Jaime
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