Espectacular obra maestra de John Ford. Preciosos paisajes, escenas entrañables y personajes memorables aparecen enmarcados en los planos más hermosos jamás filmados.
La de Ethan Edwards es la historia de Ulises, un jinete errante sin gloria ni hogar, repleto de derrotas y prejuicios pero también con principios férreos y nobles. La incansable búsqueda de su sobrina capturada es el trasfondo de otras historias que se cuentan a veces tan solo con una palabra, un gesto o una mirada. John Wayne está inconmensurable en la interpretación de uno de los personajes más complejos y geniales de la historia del Cine.

De las que me cabrea ver siempre con mala nota de la crítica "especializada". Es divertidísima y consigue lo que petende, hacer reír con dos protagonistas que bordan su papel de zoquetes. Perfecta para unas risas con los amigos.

Los 2 motivos que hacen de esta película uno de los mejores western jamás filmados:

1- Howard Hawks demuestra en esta obra maestra un saber hacer buen cine con cada segundo de metraje. Cada fotograma de la película casa de forma perfecta con la historia que se pretende contar. Cuenta con un reparto de primera que está estupendo en cada papel, gracias tanto a su dirección como a la inteligente libertad creativa que dio a cada uno de los actores, que hacen suyo a cada personaje y crean una química entre elllos que rara vez se ha logrado en la Historia del Cine. Un mensaje simple como la camaradería, la amistad y el compañerismo cristalizan en puro arte de principio a fin de la película.

2- Sale John Wayne.

La agresión a la Ilíada que se perpetra en este bodrio veraniego resulta en una historia de final edulcorado con personajes planos y unidimensionales. Aquiles carece de mímica facial, Agamenón parece un villano de cómic, Paris es un completo zoquete, Odiseo interviene poco, los papeles femeninos están totalmente desvirtuados (Briseida novia de Aquiles? Tetis es una protohippie que vive en una cueva de la playa? Qué iluminado borró a Casandra de la historia?) y un largo etcétera para casi todos los secundarios. Tan solo el buen Peter O´Toole es la excepción que cofirma la regla, con un Príamo más profundo que por sí solo no puede tirar del carro de la película.

Y el título no se lo doy por culpa de la ambientación. Si algo logra la película es crear una atmósfera inquietante y misteriosa, con planos espectaculares de los paisajes noruegos que permiten detectar un guiño a la Louisiana de True Detective. Hasta aquí lo positivo. Los personajes no tienen carisma, apenas llegas a lograr empatizar con ellos y hay puntos en que incluso el desarrollo de la trama te es indiferente. Cuando la historia empieza a revelarse como un quiero y no puedo atrapar al espectador, comienza con un juego de flashback que no ayuda precisamente a centrar nuestro interés y apenas aporta solidez a la cinta (salvo por la presencia de un Val Kilmer casi irreconocible). Es cierto que la película no llega a ser aburrida en ningún momento, pero no aporta más que un "pasar el rato". Esperemos que remonte en próximas entregas, ya que siempre se agradece contar con una buena película de misterio en cartelera.