Pero vamos a ver, ¿a quién se le ha ocurrido este esperpento?
Uno empieza a verla porque tiene buena pinta y los actores son todos conocidos, y el primer minuto ya es insufrible.
Unas situaciones increíbles, un guión malo (nadie habla así, nadie), los actores todos sobreactuados. Mira que no son malos actores ninguno, pero es que el guión es imposible. Se imagina uno todo el rato que está viendo una obra de teatro de un grupo de instituto con su mejor intención. Todo frases profundas que parecen sacadas de libros de autoayuda o de tazas de Mr Wonderful. La única que pone algo de naturalidad en el tono es Amaia Salamanca, pero tampoco lo consigue mucho.
Y luego, ese elenco. Gabino Diego no pasa por seductor destroza corazones ni en sueños. Aparte de que le saca 20 años a Michelle Jenner. Y Eduardo Noriega trece.
Hay que reconocer que está bien filmada, la fotografía es buena (Zaragoza sale preciosa), el maquillaje, vestuario, etc, están muy bien. Una pena que todo ese trabajo se tire a la basura por un despropósito de guión.
Absurdo. Imposible. Insoportable.
Y la hemos pagado con nuestros impuestos. Que no la vea nadie, por favor.

Una vez más estamos ante una película española con pretensiones: buen reparto, fotografía... que se queda en un bodrio enorme.

Desde el primer minuto tienes la sensación de que has empezado la película por la mitad y que alguien tiene que ponerla desde el principio. Esa sensación dura hasta el final. Los bandazos temporales hacen que no entres en la trama, no entiendas a los personajes, quiénes son ni por qué hacen lo que hacen, porque nadie te lo ha explicado.
Si no hubiera conocido de sobra el argumento no me habría enterado de nada.
Las actuaciones no son excelentes, y sobra mucho discurso feminista que no aparece en la novela.
Me pasé la película entera echando de menos a Winona Ryder y la que, a mi parecer, es la mejor versión de todas: la de 1994.
No perdáis el tiempo con esta y ved la otra; es insuperable.

La cosa empieza medio interesante con una historia que parece de una alcohólica que quiere rehacer su vida.
Te meten el cuento de los monstruos y consiguen mantener tu atención porque quieres saber cómo leches van a justificar ese despropósito.
Pero después la cosa se va absolutamente de madre y uno se debate entre el deseo de apagar la tele y la incredulidad de que realmente esta peli sea real y haya gente que la haya dirigido, producido, actuado, publicitado y visto en el cine por dinero.
Es tan absurda y tan ridícula que no sabría por dónde empezar.
Casi es más ridículo leer las críticas de la gente buscándole un sentido metafísico al tema.
Directamente no perdáis ni un segundo de vuestra vida en ver esta bazofia. No vale ni para reírse.
El momento más triste, sin duda alguna, son los títulos de crédito cuando lees el nombre del director, rezas para que sea mejicano y te encuentras con un tío nacido en Santander. Los españoles no merecemos está humillación.

Teníamos las expectativas muy altas después de la primera parte, y ese es principal problema de esta película.
Empieza bien y la cosa promete hasta que se les va la pinza. Entiendo que es difícil hacer un guión original y contar algo que no hayamos visto ya