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Críticas de paumasnou
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
1
12 de febrero de 2010
35 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más preocupante es el entusiasmo con que fue recibida por la crítica... si los expertos son incapaces de separar el grano de la paja no sé yo quien va a ser el que le diga a este tal todd phillips que para grabar un film se debe de estar sobrio. Alguien me pasa su teléfono?
paumasnou
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8
26 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pintan mal las cosas. Un mal augurio ha caído sobre el planeta y los supersticiosos siembran el pánico entre las gentes. Dicen que los prados, las montañas, los bosques y valles, y en definitiva, todo lo verde o coloreado desaparecerá; mientras que la oscuridad se apoderará de las ciudades y tan solo la publicidad fluorescente de las compañías dominadoras del mundo iluminará las calles, sucias y apestosas. Tal será la catástrofe que los humanos huirán desesperados a la búsqueda de nuevos mundos a través de la galaxia, por medio del desarrollo científico-técnico que, como siempre, traerá tantas soluciones como nuevos males. En este caso parece que serán los nuevos seres humanos criogenizados los responsables del desorden cósmico. Encargados de las campañas de exploración del universo, y sometidos por los humanos originales al peligro que tales proyectos conllevarán, esta raza de seres denominados Replicantes se revelará violentamente contra los forjadores de su corto (porque además serán creados para vivir poco) y trágico destino.
Superstición o profecía, este es el plantemiento de Blade Runner, obra de culto entre los amantes de la ciencia-ficción. Estéticamente abrió una veda con su retrato de la megalópolis futuro-decadentista, incorporando elementos de las culturas urbanas surgidas hacia finales de los 70 como el punk, y poniendo énfasis en lo oscuro, lo ambiguo, lo prohibido, la dejadez y el caos. Así, fue pionera en un cierto sentido, pues por una parte su particular visión surge del cine negro; mientras que la síntesis entre este género y el de la ciencia ficción es totalmente original, tanto que inspiraría a un gran número de películas rodadas en los 90. Y lo mismo en lo conceptual, la película aborda temas universales, como los que tratan las difusas fronteras entre el bien y el mal, o el problema de la libertad frente al destino. Rescatando el mito de Prometeo, o al Frankenstein de Shelley, plantea la eterna y jodida cuestión del anhelo de libertad y de poder por parte del ser creado que es consciente de su limitación, que se revela contra su creador, y contra la vida que le ha sido ofrecida.
paumasnou
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9
14 de mayo de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visto como paradigma de la modernidad y del progreso, como lugar cumbre del desarrollo de la civilización; el centro de Nueva York representa al mismo tiempo la inmadurez espiritual, la corrupción, la hipocresía, la artificialidad y el absurdo absoluto de la vida contemporánea.

Se trata de la escenificación de la decadencia de una cultura arrolladora, que avanza locamente impulsada por su ciencia y teorías; que hace del arte un entretenimiento intelectual; que se enorgullece y pavonea con todos sus museos y universidades, rascacielos, carteles luminosos y cafés de moda. Una cultura deslumbrante y cegadora, como no podía ser de otro modo.
De algún modo como en el mito de la caverna, Woody Allen recupera la metáfora de la luz y las sombras; con su cámara enfoca, ilumina la ya de por sí luminosa Manhattan, que queda finalmente saturada. Descubre las sombras en el proceso de revelado, la profunda oscuridad de la ciudad y sus gentes, con sus quehaceres estúpidos.
Y aunque el panorama podría resultar desolador tras su autopsia, el genio del cine consigue hacernos pasar un rato inolvidable con la película. Hace que nos riamos. Se retrata a sí mismo irónicamente, a su generación y a la sociedad de su tiempo, con humildad y sentido del humor, y de este modo ofrece un retrato que se acerca al del ser humano universal; pecador, torpe y débil, pero entrañable en el fondo.
En definitiva, Woody Allen consigue con Manhattan algo muy difícil, y es que el espectador se vea profundamente reflejado en el film; consigue introducirse en la vida de cada uno de los espectadores que van a ver la película, hablarles de tu a tu, de la experiencia real de la vida. De nuevo como Platón, y salvando las distancias, el cineasta forja mitos con su obra, levanta edificios que han de perdurar a los rascacielos de entre los que surgen.

Porque al fin y al cabo no todo lo corrompe el tiempo, sino que existen cosas que perduran. Existen obras de arte, de la literatura o del cine, como las que enumera el protagonista de la película, Isaac Davis, que hacen que la vida tenga sentido; y no sólo eso, sino que también hay integridad en las personas. Todavía hay esperanza, es el mensaje que nos deja la joven Tracy; por lo menos para aquellos que aun creen en ella.
paumasnou
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