No es un intento de pareado, sino la mejor forma que tengo de describir esta película que, como entretenimiento y espectáculo puede cumplir su función (sin demasiados alardes), con su ritmo vertiginoso, su abundancia de clichés, una buena puesta en escena y ambientación, y una eficiente mezcla de géneros. El problema está cuando tratas de averiguar de qué va la película realmente; si es que va de algo, si es que tiene algún mensaje; y hacia el final te das cuenta de que, efectivamente, Wright sí trataba de contarte algo, y lo hizo muy mal.

Todos sus males salen a la luz, como dije, hacia el final, en donde se vuelve más evidente y a la vez deprimente como crítica social y película feminista, y donde además tienes que suspender tu incredulidad fuera de los límites establecidos (lo que pasa cuando tratas de abarcar mucho en muy poco). Por si fuera poco, todos los giros argumentales, a la vez que absurdos son increíblemente predecibles, y también completamente insustanciales. El cinco se lo doy porque, pese a todo, logra ser una película interesante y que lo intenta, que es más de lo que se puede decir de la media hoy día.