... por darnos y enseñarnos tanto de la genialidad de tu arte, siempre único, por demostrarnos en esta película que los milagros sí existen, que el hombre (el artista, Domenico, Tarkovsky) sí es capaz de lo sublime, de romper moldes; gracias por enseñarnos que todo esto puede hacerse sin el relamido plano/contraplano, que todavía hay maneras formales de narrar, lo imposible. Lástima que nos dejaras tan pronto, cuando acariciabas esa perfección... Nostalgia de Andrei... Spasiba.

Siento ser así de directo, pero me ha dolido en mis propias carnes las innumerables e injustificables críticas negativas que aquí leo... (perdónalos porque -esos frívolos insensibles- no saben lo que escriben...).
Sin duda, para mi, la mejor película de Theo y una de las obras maestras del cine de todos los tiempos. Absolutamente conmovedora e hipnótica desde el primer fotograma. Todo: dirección, fotografía, música, interpretación, guión (con Tonino Guerra, el de Blow up o Nostalgia -de la que comparte poesía-). Sólo oir la voz en off de Anna le rompe a uno el alma!! Y qué decir de ese final, ese camino hacia el mar, la eternidad... Películas así demuestran la potencia turbadora y transformadora del arte. Gracias Theo!!!

Venecia, Mahler, la puesta en escena y Dirk Bogarde salvan a este film que (en mi opinión) sirve para demostrar que Visconti tenía ciertas lagunas en cuanto al oficio de director: una mal planificación (con el abuso innecesario y desmedido del zoom), un superficial y previsible montaje (excesivamente largo) y cargado de innumerables problemas de raccord en el estilo visual (especialmente por el uso inadecuado de las focales).
Soy de la opinión de que, apriori, este guión pretencioso era mas bien misión imposible... por tres razones: 1. Visconti comete el error de copiar casi milimétricamente (si exceptuamos la profesión del personaje y el arranque) la narración de Mann, pero ésta tiene poco, muy poco de cinematográfica; 2. Acentúa sutil e innecesariamente su carácter gay/pedófilo, lo que sin duda repercute negativamente en el resultado global; 3. Acaba liando la perdiz introduciendo los histriónicos y contradictorios flashbacks que, aunque necesarios para entender al personaje, no convencen lo más mínimo, y la tesis filosófica de fondo (belleza, compromiso artista...) resulta al final muy, pero que muy ambigua, tanto como el mismo malogrado protagonista (el de Mann parecía más dignificado).
Aún así está claro que la puesta en escena es sencillamente insuperable y Dirk Bogarde (digan lo que digan) está que se sale.
Con sus actuales 125 min la película resulta excesivamente tediosa y desigual; le sobra, literalmente, más de media hora: sobra niño, que se vuelve demasiado previsible y recurrente, y también barroquismo en sus tiempos muertos.
Con un mejor guión (capaz de reinventar cinematográficamente la historia y hacer convicente los flashbacks), una buena planificación visual (imagino que la puesta en escena "le podía") y un mejor montaje, Visconti podría haber filmado una película mucho más profunda e impactante.
(queda claro aquí también lo "fácil" que es criticar... El arte cinematográfico es pura magia alquímica!!).

La acabo de ver por TVE y me ha parecido un tostonazo: no puedes creerte nada con un guión tan incompleto y descafeinado (no da para un largometraje) y con una realización tan plana, repetitiva y sin chispa ni emoción alguna. Al final, ¿se trata de una peli coral, o es la historia del autista, del guaperas, de la madre, de las orcas o la historia real la que impera? (porque no consigo creerme ninguna).
Me quedo con el "Oblivion" de Piazzolla...

Vi esta peli en su estreno en los cines de España... yo tenía 18 tacos. Me impresionó: me sacudió profundamente.
Vuelvo a verla 33 años después en el home cinema de casa... Me retuerzo varias veces en el sofá, veo fallos por todas partes (no en vano he hecho mis pinitos en este arte)... pero afloran algunas lagrimas y me pongo inevitablemente nostálgico: pienso en el paso implacable del tiempo, en las viejas amistades, muchas ya esfumadas... Y es que, sin duda, ahí está el verdadero efecto "catalizador" en esta obra, imprescindible, del cine; su irreductible efecto en los sentimientos del espectador.
A pesar de, en mi opinión, Cimino podría haber hecho una obra absolutamente perfecta (si eso existe) con tal de que hubiera explotado/profundizado la psicología del triángulo protagonista (Niro-Walken-Streep), hubiera sido menos barroco en toda la puesta en escena de Pensilvania (hay hasta 5 basculamientos del exterior de la iglesia ortodoxa, por ejemplo), hubiera tenido un montador que no se dejara contagiar por esos excesos y darle a la tijera (todo lo que no suma resta), haber eliminado a de Niro de la sala de juegos ruleta-rusa inicial (un as de la manga para poder justificar toda la resolución final pero que, a todas luces, debilita la credibilidad del personaje) y hubiera tenido una banda sonora original que no chirriara cuando no está sonando la cavatina de Myers (que es uno de los mejores temas musicales en un film)... Siempre me quedará (al final en eso consiste este arte, de "momentos epifánicos") la llegada al motel de Michael, solo, después de abortar su recibimiento; su viaje a los infiernos (en plena estampida de Saigón) buscando a Nick... y la partida de billar bebiendo rolling rocks coreando toda la peña el I LOVE YOU BABY!!