¡Qué cruel que es el paso del tiempo…! Efectos especiales toscos, oscuros (para ocultar sus múltiples imperfecciones propias de la época) y cuya velocidad de movimiento es digno del ritmo de la película. Y es que hubiera preferido que Scott no nos hubiera torturado con una película de 2 horas y hubiera hecho un corto de unos quince minutos…

Aviso: esta crítica no está pensada para ser popular, sino para denunciar la película.

Me pinchan y no me sacan sangre…
Más que nada porque soy hombre y, según la moralidad de la película, ya me pueden matar y rematar que no pasará nada. Sí, sí, lo han oído bien. En este particular ejemplo de tiro-al-hombre apta para niños mayores de 7 años (¡7!, ¡peor que Dumbo!), las mujeres tienen licencia para matar a sus respectivos maridos, siempre que lo hagan cantando con glamour y con una excusa tipo “me pone los cuernos” o “me ha mentido para llevarme a la cama”. Después, el típico abogado al que le han maquillado las arrugas con brocha y bote de Titanlux ya te sacará de la cárcel, aprovechándose de que la sociedad es hipócrita y es más agradecida con la gente que da espectáculo. Y es que, lastimosamente, la ironía sólo critica la hipocresía de la sociedad, y no el asesinato impune.
Si fuera un niño de 7 años, sacaría la siguiente moralidad: primero mata, después miente y al final saca tajada de la popularidad cosechada. Amén.

Crítica de la película obviando la moralidad:
Técnicamente es correcta. Destaca la fotografía y los montajes. A pesar de esto, gran parte de la película sucede en el escenario del cabaret, cosa que cansa y aburre. Las canciones suenan bien, pero son mucho más argumentales que poéticas, es decir, describen hechos, pero no irradian belleza poética. Los actores, lo mejor, cantan y actúan muy bien.

Para empezar, debo reconocer que no soy un amante de los musicales ni un fan de Abba, pero sorprendentemente esta peli me ha gustado. Y supongo que me ha gustado porque la peli es un petardo discotequero de cuidado, ¡en el mejor de los sentidos de petardo! Y es que esta peli es tan festiva que deja a otras como el desgarrador “Hedwig and the angry inch” como un tratado filosófico de los musicales.
El argumento es simplón y lineal y a veces las canciones se yuxtaponen sin que la línea argumental los una coherentemente, pero es suficiente para servir de masilla elástica y dar la continuidad suficiente a la peli como para salir satisfecho. Y es que el argumento es, en esa peli más que nunca, una herramienta (o excusa) para que el DJ pinche una sesión de casi dos horas de música retrodisco. El público de mi sesión, más agradecido que un servidor, disfrutó sin parar entregado a los ritmos pegadizos.
No estamos hablando de una obra original diseñada como musical puro y duro, sino de una retrospectiva musical de un grupo. Toda persona que vaya a ver esta peli debería tenerlo en cuenta antes de pagar la entrada. Y ya que Abba no es un cuarteto de cuerda perfectamente trajado, la peli se desmadra en sus coreografías un tanto surrealistas.
El reparto es desigual. La mejor, Meryl Streep, que ha sabido aprovechar al máximo ese regalo de interpretación caída del cielo. El peor, Pierce Brosnan, quien no esta a la altura ni de Risto Mejide cantando “My heart will go on“. Los personajes, salvo las amigas pelmas de la novia, estan introducidos tan superficialmente que no molestan ni desentonan. ¡Y ni falta que hace conocerlos!
Hay quien pueda argumentar que la peli es para cierto tipo de mujer… No lo sé, pero aseguro que los hombres con sentido del humor, amantes de las parodias surrealistas o que simplemente disfrutaron con Javier Capitán y Florentino Fernández imitando a Abba en “el Informal”, no quedaran defraudados.

Estupefacción.

Creo que es la palabra que mejor describe lo que pienso en estos momentos. En el momento que redacto esta crítica, la película El caballero oscuro (The Dark Knight) tiene una puntuación media de 8.5, después de que casi 4000 personas ya la hayan votado. Esto es algo tan impresionante como inverosímil.

Me creo que muchos fans (y no fans) le hayan puesto un 8 o más, ya que la película tiene una calidad nada menospreciable. Ahora bien, lo que me creo menos es que casi nadie le haya puesto un 6 o menos. Señores, ¡no estamos hablando de un clásico! ¡Es sólo un episodio bien hecho de Batman al estilo James Bond!

Por todo esto, sólo caben 2 posibilidades:
a) Que los astros se hayan cruzado y sólo los (muy) fans de Batman hayan ido a ver la película.
b) Que la Warner Bros. haya pagado supuestamente** a una legión de becarios para que se registrasen y empezaran a votar como locos a favor de la película.

El tiempo determinará la verdad de este increíble misterio.



* Nota 1: Obviamente, no me refiero a los queridísimos trabajadores de FilmAffinity, cuya remuneración salarial (salvo quizás la del jefe) no está al nivel de su calidad humana y profesional, sino a la supuesta** legión de becarios.
** Nota 2: Digo “supuestamente” para evitar querellas…