Haz click aquí para copiar la URL
España España · K-PAX
Críticas de PROT
Críticas 642
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
15 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Aunque su primer Óscar se lo llevó haciendo de malo -a mi fe en una de sus menos buenas interpretaciones- y habiendo sido un actor excelso desde los tiempos del Concilio de Nicea -El hombre elefante, Motín a bordo, La carta final-, soy de la opinión de que es a partir de HOWARD'S END cuando Anthony Hopkins, dando una vuelta de tuerca al asunto, adopta ese ultramétodo de actuación, aparatoso si debe, helador cuando conviene, natural siempre e inalcanzable para el resto, que luego ha desplegado y llevado a lo sublime en Lo que queda del día y/o en El padre. Y es acompañado de la inconmensurable Emma Thompson, simpática, dicharachera, inteligente, maravillosa, que, por obra y gracia de James Ivory, mostraron al mundo durante aquellos años irrepetibles lo que se proyecta más a menudo en la tele de los dioses cuando toca Cine en las noches del Olimpo.
PROT
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
13 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por cuanto al aspecto técnico, por cuanto a músicas y vestuarios, a dirección artística y montaje, por cuanto a fotografías y ambientes, son, las películas de James Ivory, norte y modelo, ejemplos y espejos. Así, Maurice, que comienza con las imágenes de un Simon Callow impartiendo una clase magistral paraguas en mano a la orilla de una playa, habla de Wagner y de Tchaikovski, cuida de la etiqueta como si no hubiera un mañana y pinta, quién sabe si Cornualles, quién si Derbyshire, con la maestría de un emérito de Oxford. O de Cambridge. Y, a lo peor no tan cualificada como Howard's, seguro que no tan luminosa como Lo que queda del día -la Grande Operone de Ivory-, resulta Maurice, el todo, pieza indispensable por lo que se refiere a la evolución fílmica del de Berkeley.
No faltará aquel, o aquella, que apetezca de ver a Hugh Grant en la piel del protagonista. A mí, particularmente, marido cariñoso de Foster Jenkins, flojeras en Notting Hill, Edward Ferrars en Sentido y sensibilidad y azote de Renée Zellweger en Bridget Jones, me escama, cuando menos, verlo en la tesitura. El James Wilby de la época era semejante a un Johnny Depp oxigenado y con las orejas grandes y Judy Parfitt y el resto del personal, curtidos en mil batallas, como al tran trán.
PROT
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
12 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Queda agradecido el pueblo soberano con la sola pretensión de originalidad. Con la sola pretensión, que luego toma la cosa trazas de la IA de Spielberg y Kubrick o la Terminator de James Cameron. Y hay algo, también, de Verhoeven, y una pizca de las fuentes en las que ha tratado de beber Almodóvar para manufacturar sus versiones.
Es una buena elección la de Alicia Vikander de cara al personaje de la C-3PO femenina, que no sólo su presunta inocencia y/o ese morbillo tierno embelesan al protagonista. Óscar Isaac no encaja -o no le encajo yo- en la piel de un empresario con una calculadora con la que puede hacer casi de todo y la asiática y el resto de las humanoides conducen otra vez a Kubrick, pues comparten mucho con aquellas modelos que el de Manhattan gustaba de lucir en sus películas.
Una cinta cuidada, EX MACHINA. Tiene elegancia, una música idónea, el mismo helicóptero que lleva a Jeff Goldblund y a Laura Dern a la Isla de los Dinosaurios y a Alicia Vikander, que sigue la estela de los que desde Nexus 6 sienten curiosidad por el olor de las flores o el de los órganos reproductores y a la que los más devolverían de una intersección de calles o avenidas a la seguridad de una habitación acristalada con fines experimentales.
PROT
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
11 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Es todo como muy aparatoso, como si en el empeño de colocar otra piedra más en contra de aquel Imperio en el que no se ponía el sol, en el empeño de añadir más negritud a la leyenda negra, al director, llegados ciertos momentos, le hubiera aquejado una especie de fiebre vengativa y furibunda; así, a Felipe II se le pinta como un mamarracho -Jordi Mollá ayuda privando al monarca de cualquier asomo de dignidad- y a la reina Isabel, allende los mares, se le trata de enmascarar, a toda costa, lunares, incongruencias y un amplio abanico de malignidades.
A la altura de la circunstancia, el plano actoral. Clive Owen interpretando a Douglas Fairbanks pasado de rayos uva, Cate Blanchett chirriando un poco, Geoffrey Rush chirriando un mucho y Rhys Ifans chirriando un todo. La gran Samantha Morton, el gran Tom Hollander y el insípido Eddie Redmayne están metidos con calzador y los diplomáticos y validos, o validas, son caricaturas. Los embajadores españoles, en concreto, del peor y más rencoroso aprendiz de dibujante.
Sólo para los que se encabritan en grado sumo si se arroja brea sobre nuestra España, presente o pasada.
PROT
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
10 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Es a veces que da la sensación de que no falta el director que proyecta deseos, ideas o intenciones en una película. De este modo, soy de la opinión de que los Farrelly se despachan a gusto con los obesos y los feos en Amor ciego, de que Santiago Segura se desquita de muchos con su saga de Torrente y de que Roger Michell, director también de Notting Hill, despliega todo un catálogos de posibilidades en AL LÍMITE DE LA VERDAD. Con la indulgencia, eso sí, y al cabo, de que hizo gala en esa otra cinta con Julia Roberts y Hugh Grant.
Son buenos actores Ben Affleck y Samuel L Jackson, y lo demuestran. Toni Collette, por su parte, demuestra ser maravillosa y Sidney Pollack y Richard Jenkins, de sus otros lados, están solventes, como acostumbran. Amanda Peet, por concluir, constata en sus cinco minutos que es de esas intérpretes verdaderamente macizas.
Con similitudes, AL LÍMITE DE LA VERDAD, con Atrapado en el tiempo, Family man, Los fantasmas atacan al jefe y todas esas historias que bebieron de la Canción de Navidad de Charles Dickens: qué tiene uno que pasar, qué tiene uno que sufrir, para llegar a ser la persona que el mundo necesita.
PROT
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow