Aunque debo decir que no es muy fiel al espirítu del Drácula de Stoker, es una gran película.
El libro da a conocer a la criatura como un ser sin alma ni sentimientos, por el contrario, el de la película es un ser enamorado y atormentado, mucho más complejo y lleno de poesía. Por ello debo decir que esta es una de las excepciones en las que la peli supera al libro (siendo éste muy bueno, por cierto).

Los actores saben dar con la magia de sus personajes, exceptuando el papel de Keanu "Neo" Reeves que no sabe muy bien ni en qué película se encuentra.

Película realista sobre el odio racial que azota nuestra sociedad en la actualidad. Lo mejor es que por una vez no se mira desde el punto de vista de las víctimas sino del agresor, lo que da frescura al film. Es abrumador la cantidad de argumentos que da el protagonista en la defensa de sus opiniones, lo que nos plantea la cuestión de si no somo todos un poco racistas a veces.

Realmente es una de las mejores interpretaciones que he visto, ojalá hubiera más talentos en el mundo como el Edward Norton.

Porque hay más humanidad entre las fibras de una simple bolsa de tela que en toda una ciudad, esta película es preciosa. Su fotografía gris muestra un mundo cruel en el que un hombre deformado debe hacer frente a la intolerancia y la incomprensión.
Todos queremos sentirnos identificados como John Merrick, pero la realidad es otra. Porque en realidad somos como todos esos morbosos que se acercan a ver lo que se cuece cuando aparece alguien como el protagonista en la calle; unos sentirían miedo, otros asco y también compasión.

Aceptémoslo, el hombre elefante nos supera en humanidad.

Cargada de imágenes tan crudas como hermosas. La fotografía es gris como el momento que se vivía en Europa en aquellos años. La banda sonora transporta como el más maravilloso de los vehículos. Los actores son brillantes (destacar a Ralph Fiennes y a Liam Neeson). No os la perdais.