Noche cerrada en el Campamento La Brújula a las afueras de Segovia. Sor Milagros (Belén Cuesta) arropa a María (Macarena García) en su cabaña antes de dar por concluída su ronda nocturna. Pero en ese paraje silvestre (y cristiano) en el que varias decenas de niñas pasan el verano está a punto de suceder algo inimaginable; a ritmo de I Will Always Love You Dios va a hacer acto de presencia en la cabaña, ante la atónita mirada de María.

Poco más hay que desvelar sobre el argumento de esta película surgida del musical homónimo del año 2013 y que lleva cuatro temporadas en cartel en el Teatro Lara de Madrid. Anna Castillo, Belén Cuesta, Macarena García y Gracía Olayo bordan sus papeles con sinceridad y honradez. En contadas ocasiones una película te hace salir del cine no solo más contento de lo que has entrado, sino más feliz y La Llamada conmigo lo ha conseguido. Aquellos soñadores y soñadoras que se dejen llevar por esta montaña rusa en forma de musical, reirán y llorarán a partes iguales; el descubrir de la sexualidad, el recuerdo de lo que pudo ser y no fue, mucho esconde La Llamada bajo el manto de la comedia desternillante intergeneracional que sin duda es. Enfrentarse al mundo cínico y egoísta en el que vivimos con una receta basada en el amor y la amistad, todo ello edulcorado con las canciones de Whitney Houston, puede parecer algo ingenuo, pero eso es precisamente lo que logra la película, trasladarte a la adolescencia y soñar con hacer las cosas y luego pensar en sus consecuencias, porque a veces el cine (al igual que la música) hace auténticos milagros.