Por lo que respecta a esta parte del título, hay que estar a lo dispuesto en los últimos 3 minutos de la película y a una única viñeta del cómic "The Killing Joke" (1988) de Alan Moore. En dicha viñeta, Joker, haciendo referencia a que un mal día puede cambiarte y volverte loco, dice lo siguiente en dos bocadillos:

- Algo así me pasó, sabes. No... no estoy exactamente seguro que fue. A veces lo recuerdo de una forma, otras veces de otra...
- ¡Sí voy a tener un pasado prefiero que sea de múltiples opciones! ¡ja ja ja!

Pues bien, de ello entiendo lo siguiente:

1º) El Joker aparece, exclusivamente, los últimos 2 minutos de la película (escena del manicomio, especialmente cuando camina dejando pisadas rojas sanguinolentas).
2º) Las dos horas de la película son una broma (joke, en inglés) pero... ¡una broma del director, Todd Phillips!, ya que este nos mete dentro de los pensamientos del Joker (el hombre que camina por un pasillo blanco, muy diferente al pasillo del psiquiátrico en el que recoge el expediente de su "madre"), y al tratarse de una realidad deformada, pues no nos olvidemos que el Joker es un loco manipulador, nos crea una trampa en la que nosotros terminamos deseando la creación del Joker porque ese tal Arthur Fleck nos da demasiada pena.
Ejemplo de ello es la escena de los pijos de Wall Street, donde uno de los arrogantes matones pasa de dar una paliza a un pobre desvalido Arthur Fleck, a arrastrarse por el suelo, totalmente indefenso, frente a un Joker que le disparará a bocajarro sin perdón ni compasión (y muchos espectadores, en ellos yo, no voy a mentir, le aplaudiremos).
3º) Por todo ello Arthur Fleck no es el Joker, el Joker es Arthur Fleck; es decir, Arthur Fleck es la construcción que hace el Joker para meternos en su broma, para que le deseemos, para demostrarnos la génesis del cómic "The Killing Joke"; es decir, que un mal día puede volver loco a cualquiera.

Es decir, y a costa de que me machaquen a negativos los que piensen que esto va de revoluciones, política, sociología o psicología, siento decirles que según mi opinión, pero cada uno que piense lo que quiera, esto solo va de dos cosas:

1ª) 2 horas de cine de finales de los 70 y principios de los 80 (pues Todd Phillips es un señor que si bien nos la mete doblada, nos recompensa con creces con un cine magistral, CINE con mayúsculas).
2ª) Una historia magnífica montada en base a... ¡una única viñeta de un único cómic!, hay que ser brillante de narices para hacer algo así. Bueno, sí queréis, algunas viñetas más, al incluirse en la película el asesinato de los Wayne, a manos de un Joe Chill, que esta vez lleva una máscara de payaso.

Concluyendo ya con la crítica, haré un breve razonamiento para aquellos que piensen que la película va de la psique de los enfermos mentales, concretamente de los depresivos con rasgos psicóticos. A estas personas, decirles, que al desarrollarse la película mediante los pensamientos de un psicópata, es decir, dentro de su mente, no tenemos indicio alguno que nos permita evidenciar la psique del Joker (a excepción del final, que nos permite deducir que nos hallamos ante un psicópata por las huellas manchadas de sangre, por el lugar donde se encuentra y por lo que ya sabemos de los cómics), pues el Joker, únicamente nos da un personaje llamado Arthur Fleck y una historia, pero no tenemos nada sobre el Joker de los últimos 2 minutos de la película, es decir, sobre ese Joker del final en Arkham. Bueno..., efectivamente, tenemos algo, un chiste que no entenderíamos llamado... Arthur Fleck.

¿Os ha hecho gracia? Yo todavía me río: ¡ja, ja, ja!.