Desde prácticamente el comienzo del filme, se respira que es cine de Iñárritu -tándem con Guillermo Arriaga, por supuesto-, inconfundible. El cineasta mexicano es un maestro en el tema, dirigiéndolo al menos, y Arriaga -el guionista- escribiéndolo.
La película contiene historias entrelazadas y drama permanente, mostrándote el lado más amargo de la vida. La cara más triste de la existencia. Lo cierto es que se puede decir que el guión es muy bueno, sin apenas fisuras, que no es poco . Hay pocos guiones impecables para el crítico ambicioso. Pues bien, el guión de '21 Gramos' está ahí, en ese selecto rango.
Quizás no sea una opción apta para todos, por eso se ha de ser consciente antes de sentarse a verla de que esto es un dramón, ¡que nadie quede inadvertido! A partir de ahí, sin ser mi género ni particularmente mi estilo favorito, puedo decir que estará el próximo espectador ante gran cine.

A reseñar aparte, una cosa que me llamó la atención poderosamente, fue la estética de aquellos años. Los principios de los 2000. Por supuesto, hubo deliberación por parte del equipo de fotografía para dotarle a la película de un color muy pálido. Por si fuera poca esa sensación de lugubridad, la estética en cuanto a la vestimenta y estilo de esa época también contribuyen a dotarle de un tono muy particular. Teniendo a los años 90 como referencia inmediata -los cuales tampoco fueron lo más de lo más en cuanto a moda, precisamente- quizá explica la apariencia de estos primeros años del milenio. Esos 2000, 2001, 2002, etc, se caracterizaban por una estética discotequera. Es lo mejor que se me ocurre para definirla. Pues dos horas y pico de esto y bastante más, es lo que nos ofrece '21 Gramos'.

Un clásico del cine infantil de los 90. Junto con la gran hornada de películas de animación de Disney de aquella prodigiosa década, esta película capta la magia de esos tiempos. Reconozco que no soy objetivo a la hora de calificarla del modo en que lo he hecho, pero no estoy aquí para ser ecuánime. Para una persona de mi generación, que tuvo su infancia en los citados 90 y muy principios del actual milenio, una película como "The Parent Trap" simboliza mucho. Y significa mucho también.
Quién sabe cómo se habría hecho este filme ahora, en estos 2020. Sería bastante diferente con total probabilidad. ¿Y qué es lo que funciona en esta historia? Bueno, pienso que es evidente que el guión y la historia no traen nada nuevo, es una historia cliché. Además que la desarrollan personajes acaudalados, no cualquier familia podría permitirse tener las aventuras que tienen ellos. Pero a pesar de los tópicos, y las cursiladas, es una historia con encanto. Repito, con ENCANTO. Que ya quisieran para sí muchas comedias románticas de hoy y de ayer. Pero incluso esto podría suceder en los tiempos que corren, claro, podría pasar que alguien se esmerara e hiciera buena película de género (vean, al final sí que voy a ser objetivo).
Pero lo que sí que no podrán recrear es el ahora, el 'ahora' de entonces, aquella década. El año 1998, para ser aún más precisos. Eso sí que es irrepetible y, por ello, la película es una reliquia. Sin más estridencia que la de representar un tiempo pasado que no fue ni mejor ni peor pero único. Y para el que escribe, especial.

No es la película del siglo y, desde luego, hay westerns mejores(como "El tren de las 3:10 a Yuma") pero es aceptable. Al ver las críticas no la vi con demasiadas ilusiones pero me sorprendió gratamente. Sus buenos actores tienen mucho que ver con que la película sea pasable porque la historia no es nada del otro mundo. Son dos pistoleros (Ed Harris, co-protagonista y director, y Viggo Mortensen) que se dedican a impartir justicia por el oeste americano a finales del siglo XIX y que se detienen en un pueblo donde un forajido (Jeremy Irons) y sus esbirros se dedican a dar el coñazo. Con la aparición de una chica de por medio (Reneé Zellweger) para hacerlo más emocionante, los dos justicieros deberán acabar con los problemas del pueblo de cuyo nombre se inspiró el título de la peli.
Por otra parte, está bastante bien ambientada en la época. Eso se debe reconocer más porque es algo que falla en la mayoría de las películas y es digno de elogiar. Luego, los diálogos podrían ser mejores. Se nota que Harris quería crear a dos personajes entrañables que encandilaran con sus conversaciones pero (aún sin ser malos) ahí es donde falla en parte un poco la película.
En definitiva, me parece una película normal sin más. Eso sí, al menos es entretenida y no es demasiado larga. Correcta.

Vi esta película por primera vez en 2013, en el Filmhouse de Edimburgo. Iba casi sin saber lo que íbamos a ver, no tenía espectativas. Y tengo un recuerdo moderadamente bueno de aquella primera vez.
Habiendo vuelto a verla recientemente tengo más fresca la memoria para poder escribir una crítica.

Como bien dice el título que he escogido, me parece que es una historia y una idea muy interesante que, de haberse hecho de otra manera, sí que podría haberse erigido en 'obra maestra' como he leído en las críticas profesionales. La película no llega a eso, sobre todo, porque tiene un guión que no cuadra con el público al que va dirigida. Esta versión de Blancanieves no estaba destinada al público infantil, y sin embargo, observamos un guión absolutamente pueril. La protagonista es muy buena muy buena, la villana es horriblemente malvada. Hacia la mitad de la película, esta serie de secuencias en las que se nos reitera la realidad maniquea de la historia, se me hizo tremendamente aburrida.
De ahí mi decepción: si se hace una película para todos los públicos entonces ya iría avisado pero no es el caso de este filme, por lo que carece de sentido totalmente ese "mix" extraño de actuaciones de cuento de Disney con una escenografía, por momentos, siniestra.

La interesante propuesta de una versión de Blancanieves ambientada en la Sevilla de los años 1920 se desparrama por lo soporífero de las desventuras de la protagonista durante gran parte de la historia. Historia, por cierto, que no me llega en ningún momento. No consiguen tampoco el director y su equipo, por mucho que lo intentan, llegar a tocar la fibra sensible del espectador.
Totalmente desaprovechada la oportunidad de incluir más escenas y más variedad de situaciones. Aunque, por lo que he tenido la oportunidad de leer, parece que no es la muestra de lo folclórico lo que le agrada a gran parte del público.

Por último, el apartado artístico, de indumentaria y tocados de época no está mal. Pero, de nuevo, por lo vacío de la historia, no se ve tanto como pudiera.

Vaya por delante que no terminé la película. Al cabo de hora y pico decidí que no merecía la pena. Tiene algo de lo que uno debería esperar de un filme de Woody Allen, porque suele repetirse, pero no me consiguió enganchar en ningún momento. Simple y llanamente porque el resultado es un tostón.
Creo que, por lo general, el reparto no funciona. Es lo que tienen algunas de las pelis dirigidas por el neoyorquino en las que no hace de protagonista: falta esa autenticidad única de Allen que hace que incluso sus chistes malos tengan gracia. En esta película, además, falta carisma.
La suma de lo anterior hace que, el hecho de estar grabada en blanco y negro, sea incluso menos inconveniente. A pesar de ser realmente innecesario.