Una película que tiene su puesto merecido entre las películas clásicas e imperdibles del cine y esa escena de la ducha tan peculiar que hemos visto reverenciada en la cultura popular. Es un film que conecta suspenso, terror, drama y la belleza de épocas pasadas en un solo lugar.

Me transportó a un lugar diferente del cine, su fotografía en blanco y negro despide nostalgia y belleza, y su desenlace tiene ese factor sorpresivo e intenso que te dejará estupefacto, a tal punto que te hace adorar su excelente estructura narrativa llena de suspenso y sorpresa que le hace falta hoy en día a los filmes de terror.

He de reconocer que esta cinta es una mezcla de crudeza y desazón con la situación tan infrahumana a la que fueron sometidos los judíos y los polacos en la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, su idea principal, una más del holocausto podría decirse, habla de la ocupación Nazi en Varsovia y a lo largo de su proceso narrativo se apoya de hechos históricos ocurridos como sublevaciones y traslados de los judíos al guetto y posterior deportación a los campos de concentración; pero se rescata su adecuada profundización del miedo, la humillación y la impotencia de sus personajes ante la situación de guerra.

A pesar de ello, es una película imperdible, que más allá de una excelente fotografía y dirección, remarca ese deseo instintivo de supervivencia y esperanza, el amor familiar y una versión de los hechos fuera del guetto y los campos de concentración. La actuación del Pianista es desgarradora, precisa y cumple su objetivo de llegarle al espectador, además, que su historia deja entrever el espíritu de nobleza humana en tiempos de guerra.

En resumen: carros, mujeres, sexo, dinero y acción. Si lo tuyo es una película con una historia superficial, rebuscada y que se queda en sus excelentes ángulos y efectos especiales te encantará. Repite la formula ya vista en sus anteriores películas, y lo único que he de rescatar es su tributo póstumo a Paul Walker.

Siendo una película de acción cumple con su objetivo, durante sus dos horas y veinte minutos te entretiene y te hace ver cuán excelente ha llegado a ser la calidad de fotografía en las películas y sus avances tecnológicos.

Esta es la primera película que veo de Xavier Dolan que después de un breve vistazo sobre su filmografía, me he percatado que incluye temática de diversidad sexual en sus trabajos, y esta película no es la excepción, con él mismo haciendo el papel de Francis Riverekim, un homosexual que se siente atraído por el mismo hombre que su mejor amiga Marie; este par de amigos ha de comprometer su amistad por este tipo con onda hipster y desenfadada, que durante la película se encarga de seducir inconsciente y sutilmente a ambos (a veces al espectador).

La fotografía es perfecta; cuenta con escenas ralentizados y un soundtrack que hacen enamorarte del film, además, la "trama amorosa" retrata a la perfección la idealización hacia una persona, o esos mal llamados "amores platónicos" que se forman en nuestras cabezas.

Las escenas con entrevistas me parecieron innecesarias y a veces me hicieron perder la concentración y el interés en las ocasiones que ocurrieron, que aún no sé si es un rasgo característico de los filmes de este director o cuál era el objetivo de incluirlos más allá de un fallido intento de contextualizar el proceso del amor y desamor.