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España España · MADRID
Críticas de ELZIETE
Críticas 3.351
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se van a cumplir 140 años de que comenzara a publicarse (1882-83) en el primer periódico infantil italiano "Il Giornale del bambini", "Storia di un burattino" (Historia de un títere) firmado Carlo Collodi (1826-90) la cartelera se apresta a recibir tres nuevas versiones incluida la que nos ocupa de dicha marioneta llamada Pinocho.

La obra, un best seller universal nunca ha dejado de adaptarse, siendo la más popular en el imaginario colectivo cinematográfico el clásico de animación que realizó Disney en 1940 y que ahora quiere volver a relanzar en su política comercial de trasladar los dibujos a la carne y el hueso aunque sean digitales. Como todas las versiones de Disney la crudeza y crueldad de los cuentos clásicos quedan arrinconadas en mor de una versión edulcolorada digerible por toda la familia acorde a los valores de su tiempo.

Collodi utilizaba la alegoría para expresar sus ideas existenciales y en su concepción original no concibió "Pinocho" como una obra precisamente infantil. La masonería y la cultura alquímica parecen haber sido influencias notables en la obra. La marioneta solo se convertiría en niño en versiones posteriores.

Y es en la mayor o menor fidelidad a los orígenes de la obra de Collodi en los que basa Mateo Garrone su propuesta que viene a culminar o completar la faceta fantástica de su cine que inició con la también notable "El cuento de los cuentos" (2015). En ambas la espectacular producción artística (fotografía, maquillaje, vestuario...) acaba por asumir prácticamente todo el protagonismo en detrimento de los personajes, cosa más grave en el caso que nos ocupa porque la bella marioneta que nos presenta Garrone no acaba de robarnos el corazón y se ajusta más a su rol original de ejemplo de camino de vida donde uno va aprendiendo a base de errores y sus consecuencias pueden ser nefastas. Dichos errores son narrados sin concesiones a la galería que han escandalizado más a los adultos que al público infantil, en palabras del propio Garrone ante las críticas de lo descarnado de la propuesta, su tenebrismo y su denuncia social. Geppetto es pobre de solemnidad, Pinocho es indisciplinado, la justicia brilla por su ausencia y los caminos están llenos de malas gentes sin piedad alguna. Hay que recurrir al Hada como un "deus ex machina" salvador para que la cosa se enderece y se produzca el milagro.

La puesta en escena y las atmósferas que crea Garrone son lo mejor de una cinta falta de ritmo, donde los episodios se suceden sin que la emoción los acompañe por mucho que el elenco ponga de su parte.

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9
30 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Galdós y su "ciclo espiritualista", diez novelas publicadas entre 1891 y 1897 le dieron mucho juego a Buñuel. "Tristana", "Nazarín" y "Halma". Ya andaba la mexicana Silvia Pinal detrás del director para protagonizar "Tristana". El cine de Buñuel en su exilio mexicano no era muy popular por entonces y el proyecto no cuajo. Más tarde, en 1970 y ya en España el de Calanda, "Tristana" se haría carne cinematográfica  con Catherine Deneuve en el papel tras otro intento fallido en el  62 donde se barajó el nombre de Rocío Dúrcal.

La aristócrata Catalina de Artal, condesa de Halma-Lautemberg de la novela "Halma" en la que se inspira la película es sustituida por la novicia Viridiana, cuya referencia fue la  Santa Viridiana de Castelfiorentino la cual a la edad de 12 años fue llevada por un rico pariente a su casa como compañía para su esposa y acabó convirtiéndose en ama de llaves, antes peregrinar a Santiago, volver a Catelfiorentino y recluirse en una celda de 12 metros cuadrados durante 34 años hasta su muerte, conviviendo unos años con unas serpientes con las que compartía su comida. Sin comentarios.

El caso es que Pinal y su marido productor amén de cineastas de vanguardia patrios convencieron al insigne exiliado de que volviera a España a rodar "Viridiana". Le llovieron palos republicanos por ello hasta que vieron el resultado y las iras que provocó en la iglesia católica y por ende en el gobierno franquista que previamente había aprobado el guion original pero no había visionado la cinta antes de que se alzase con la Palma de Oro en Cannes. Le costó el puesto al Director español de Cinematografía que recogió el premio y la película tuvo que esperar 17 años para poder ser estrenada en nuestro país. La polémica en el resto del mundo dio que hablar y provocó el conflicto entre las productoras mexicanas y españolas.

El Vaticano dejó claro que con la caridad cristiana, tercera virtud teologal y los símbolos e iconografía sagrados (última cena de Leonardo incluida) no se juega. Y Buñuel jugaba y !de que manera!.
La película tiene dos partes bien diferenciadas a cual más genial cada una de ellas La primera es un cuento corto inspirado en sueños pseudo necrofílicos del propio Buñuel obsesionado con la reina Victoria. Otra vez sin comentarios. Con una puesta en escena heredera del cine gótico plagada de escenas inquietantes, desbordantes de sensualidad, deseos sexuales reprimidos, culpa, y soledad en un Fernando Rey estupendo que acaban por explotar de forma trágica ante la testigo cómplice de una magnifica Margarita Lozano y  la mirada atónita e inocente de la novicia Viridiana convertida por la angustia existencial de su tío en reencarnación de su difunta esposa. Buñuel dirige con maestría clásica.

Una vez cerrada dicha historia, la cosa se le quedó corta y empieza la parte galdosiana del asunto con su crítica a la caridad mal entendida como sucedáneo de reformas sociales más profundas. Entra en juego la modernidad liberal con Paco Rabal que entiende que para cambiar las cosas hay que aplicar aquello de: "A Dios rogando y con el mazo dando". Las escenas con los perros de los carreteros lo dicen todo de forma magistral. Y por supuesto esa Corte de los Milagros impagable, grotesca, hervidero de miserias humanas que se revuelven contra la mano que les da de comer ociosamente sin ofrecerle los medios necesarios para ganarse su propio sustente. Las escenas para el recuerdo se suceden en tropel con un Buñuel más libre y menos ortodoxo con la cámara dando rienda suelta a sus geniales ocurrencias basadas en su elevada erudición; eso no quita que le sobren algunos subrayados excesivos. Viridiana se hace humana, afloran sus deseos y anhelos en la figura de Rabal al igual que el más que interesante personaje que compone Margarita Lozano.

Y así llegamos al mítico final donde dado que la censura prohibió el que estaba planeado con Viridiana entrando en la habitación de Rabal y cerrando la puerta, Buñuel se acordó de dios (Billy Wilder y el apartamento) y rizando el rizo le sumó un jugador más para "jugar al tute", cosa que el personaje de Paco Rabal ya intuía desde que llegó a la casa. No quieres caldo pues toma tres tazas.

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6
26 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho de que en su estreno fuese clasificada como película X ya nos da una idea de lo revolucionaria que era la propuesta de Truffaut en ese momento a nivel conceptual. En lo formal seguía apuntalando la libertad creativa que promovía "la nouvelle vague" de la que el director era uno de sus creadores.

Claro que tales atrevimientos precursores del Mayo del 69, empoderamiento femenino, libertad sexual y cuestionamiento de los valores tradicionales imperantes venían de un señor, Henri Pierre Roche (1879-1959), que  ya bien cumplidos los 70 se estrenó como escritor narrando de forma autobiográfica esta historia a tres o más en las que un alemán y un francés, parafraseando a Aute, se organizan con Christine, si puede ser, por encima de rencillas mundiales, egos, y demás parafernalia existencial a comienzos del siglo XX . Truffaut descubrió la novela en un mercadillo y entabló una amistad corta pero intensa con el autor que falleció antes de ver estrenada la película. Truffaut siguió reivindicándole siempre que tuvo ocasión y filmo otra de sus novelas "Las dos inglesas y el amor" (1971).

Catherine interpretada por una Jeanne Moreau muy implicada con el personaje  y con el proyecto que llegó a financiar cuando se les acabó el escaso presupuesto, bien podría dar título al libro y la película. Ella es el eje sobre el que orbitan y giran Jules y Jim cuya indisoluble amistad ejerce de fuerza gravitacional que impide que tan compleja o simple relación se desborde sin control. Cuando Catherine gana la carrera del puente haciendo trampas en la salida ya está anticipando que las reglas, cuales quiera que están sean no van con ella. La auténtica Catherine llegó a verse reflejada en la película y así se lo agradeció a Truffaut.

A los recursos habituales de "la nueva ola" Truffaut añade imágenes de archivo que funcionan a varios niveles narrativos, supongo que ahorran gastos de rodaje y contextualizan hechos y paso del tiempo. Pasadas más de seis décadas Jules et Jim sigue actual reivindicando otros modelos sociales, apostando por la libertad y dando a la mujer el protagonismo que aún se le niega.

Como espectador actual sin embargo me pesa un metraje donde la narración se vuelve repetitiva estancándose en un bucle del que solo nos liberan algunas escenas magistrales para el recuerdo,

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6
24 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno empezaba a salivar en espera de la tercera entrega de la directora y actriz estadounidense Marielle Heller ( 1979) cuyos dos últimos trabajos la colocaban como una de las directoras más interesantes del momento. Si además la cosa contaba con Tom Hanks pues mejor todavía.

Sin embargo el asunto no le ha quedado tan redondo como en las dos ocasiones anteriores. El encuentro entre Fred Rogers (toda una leyenda del entretenimiento infantil en USA y nada conocido por estos lares) y el afamado periodista Tom Junod que le entrevistó para la revista Esquire crea una dualidad que hace que el foco se divida entre estos dos personajes, "agravado" por el hecho de que el carisma de Hanks revienta las costuras de un rol a priori secundario. Sabemos mucho del personaje que interpreta notablemente Matthew Rhys y sus traumas familiares y muy poquito de Fred Rogers por mucho que la composición, en un alarde de contención de Hanks, sea brillante. La cosa queda pues descompensada, atascada y repetitiva por una de sus lados y enigmática por el otro. Tampoco sabemos nada del famoso articulo que escribió Junod sobre Rogers y que es el que da lugar a la cinta.

Así pues "Un bonito día en el vecindario" título original que hace referencia al programa de Rogers con el que permaneció en antena la friolera de 33 años, acaba siendo un drama previsible a favor de un estado de vida zen que subraya la importancia de la amistad escuchar al otro, de empatizar y de tomarse la vida con las pausas necesarias (cosa que se atreve a llevar a cabo el propio ritmo de la película) para no dejarse arrastrar por el dolor, la ira y todos aquellos sentimientos que puedan provocarnos los reveses de la vida. Un mensaje en cualquier caso bienvenido y necesario en cualquier época.

Habrá que acudir a la entrevista de Esquire y al premiado documental de Morgan Neville "Won´t you be my neighbor" (2018) para cerrar el circulo sobre el periodista y el ministro presbiteriano, marionetista y presentador cuya labor pedagógica ha sido ampliamente reconocida.

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5
23 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nueva versión del clásico de la literatura infantil de 1910-11 de la escritora británica nacionalizada estadounidense Frances Hodgson Burnett (1849-1924) que viene a sumarse a la de Fred M. Wilcox en 1945 para la Metro y la de Agnieszka Holland en el 93.  "El jardín secreto forma parte de la famosa trilogía de Hodgson Burnett sobre la infancia con "El pequeño Lord" (1886) y "La princesita" (1905)

De como la amistad más allá de las clases sociales y el amor por la naturaleza redime y sana a estos niños tristes, de familias tristes aquejadas por la desgracia del Cólera que el guion de Jack Thorne traslada a la partición de la India en 1947.

El resultado de esta versión es poco estimulante y se vuelve farragoso y desgraciadamente aburrido por momentos, sin que las atmósferas sombrías de la mansión ni las exuberancias digitales del jardín consigan arropar a los chavales protagonistas ni a los adultos de renombre actoral.

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