Seis capítulos de unos veinte minutos cada uno para la primera temporada de esta coproducción inglesa-estadounidense. Es una parodia ambientada en la época medieval fantástica, un estilo a "the seeker", con buenos decorados y ambiente excelentemente cuidado. Con un extraordinario Matt Lucas que interpreta al Canciller Dongalor, el mejor y mayor tirano déspota que yo haya visto, enfrentado a un grupo de rebeldes liderados por un inocente y puritano Krod Mandoon interpretado por Sean Maguire (casi 300).

Utiliza muchos tipos de humor: simple y directo, por repetición, verde... pero menos absurdo, surrealista y genial que el humor de los monty python. A mi parecer sería una mezcla entre "Top Secret" y "little britain", si te gustaron ambas, Krod Mandoon and the Flaming Sword of Fire creo que tambien te gustará.

Con ocho años vi rocky y me pasé una semana dándole ganchos a la almohada con unos guantes de nieve tarareando la banda sonora, años después me pasó lo mismo con karate kid y aunque en mi barrio no encontre el apoyo de alguien que se pareciera al señor miyagi, mi almohada supo lo que era el golpe de la grulla.
Es cine-hamburguesa, que siempre sabe igual y de vez en cuando te apetece. Y es lo que saben hacer bien los americanos, hostias, tiros y venganzas. Estas películas me hacen caer en un estado catatónico no confesable despertando en mí, ganas de extorsionar lavanderías, hacerme defensor de marginados o repartidor de obleas como panes.
Después de ver "el reino prohibido" (toda la película dando vueltas con un... mmm ¿palo marcial?) siento la llamada de la escoba, creo que hoy toca barrer la casa.

La trama es una braga explotada, una excusa bastante pastelosa para enchufarte una versión de himnos cada minuto y medio, que cansino. Las canciones de este musical son muchas, tantas como para un especial de la MTV. La mayoría de las versiones son simplemente correctas, un par de “videoclips” geniales (videoarte para los ojos) hacen que merezca la pena tragarte el resto, otras, a mi gusto, son destrozadas sin compasión en ritmo y estilo (momento “i want to hold your hand”). Una mención a los “artistas invitados”, Joe Cocker siempre grande, y Bono de U2 con frase y metiendo detrás en su versión el “chininini” marca de la casa para no variar, un Luís Cobos en potencia (a mi entender hipermegaultrasobrevaloradisisisisisisísimo).
Resumiendo, la historia ya la has visto mil veces, los personajes no enganchan, para encontrar una versión buena tienes que sufrir cuatro que no te aportan nada y tiene más de dos horas de duración (realmente parecen cuatro como alguien decía por ahí).
Vietnam, the beatles, U2... (me recuerda a un capítulo de friends en el que phoebe se encuentra con su madre que no conoce e intentan forzar cosas en común “¡¡¡que coincidencia a mi también me gustan los beatles!!!”) me parece una película demasiado comercial que asume muy pocos riesgos, que aporta muy poco nuevo (momento OK GO en el alistamiento) y que va descaradamente dirigida a las masas, algo parecido a poner música en una boda.

Que un argumento sea original y extraño no implica que una historia sea genial, inteligente y brillante, y mucho menos cuando todo su argumento pende del título de la misma. ¡¡Que gran ejercicio de sutileza!! "Más extraño que la ficción" se justifica a si misma y decide no darnos razones bajo el escudo de lo extraño.

"Oiga, que a una furcia natatoria le de por repartir espadas mojadas no es base para un sistema de gobierno; el supremo poder ejecutivo deriva de la voluntad de las masas, no de una ridícula ceremonia acuática. ¡No voy a ir por ahí diciendo que soy marqués porque una tía me tiró una cimitarra! ¡Me encerrarían!" (campesino a rey Arturo en "los caballeros de la mesa cuadrada").

Podría ser la crisis de un cuarentón, la recuperación de valores perdidos en el camino y la huida de una vida autómata con un cambio de narración, pero no, no profundiza en estos temas y rompe con la realidad de manera simple, extraña y a la vez real.
Pues bien, para ser extraña le falta magia y para ser ficción es demasiado real, en tierra de nadie, poco recomendable, en poco tiempo se convertirá en un coprolito más.