Una de esas clásicas películas de acción de los noventa que tienen una magia especial, y que indudablemente beben de esa fuente de inspiración que fue La Jungla de Cristal.

Stallone ya ha demostrado en más de una ocasión que puede ser un héroe atormentado y golpeado por la vida con sus Rockys o la primera Rambo, y aquí una vez más lo consigue gracias a esa mezcla de acción y survival.

Quizás de los secuendarios solo podemos destacar al gran Rooker y Lithgow, pero con los dos nos sobra y nos basta.

A nivel más técnico no estamos ante una película de grandes alardes pero el uso de grandes angulares para mostrarnos los evocadores paisajes de las Rocosas ofrecen un contrapunto interesante a la acción que se da en la trama.

Una de esos clásicos que tendríamos que recordar más a menudo.