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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
7
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
19 de octubre de 2014
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Jazz como pasión y como fuente inspiradora, con referentes inalcanzables: Charlie Parker, Louis Armstrong..... Como obsesión y enfermedad, como trampolín a la fama, como apisonadora de cualquier otro sentimiento humano. La música como excusa homicida de la superación y volcán que consume a quienes no nacieron para ser los mejores, o tienen algún prejuicio que frene los imprescindibles instintos del competidor depredador, o se han dejado infectar por buenos sentimientos como el amor y la suprema debilidad que causa la amistad.

No es la primera vez que vemos a gente en el cine justificando cualquier psicótico comportamiento social en aras del triunfo y de la excelencia artística, aunque ello contribuya a la destrucción del ser humano y su entorno. Digno sería destacar loables antecedentes como: All that Jazz (Empieza el espectáculo) de Bob Fosse y Cisne Negro (Darren Aronofsky); el joven Damien Chazelle, no obstante, aporta un vigor y una espectacularidad, rayana en el exceso, pero que funciona perfectamente como amplificación de este tipo de conductas extremas.

La banda sonora, imprescindible en este tipo de género, va "in crescendo" para rematar con uno de los broches musicales más consistentes que yo haya conocido, el tema de Art Blakey: Caravan; una pieza de un baterista legendario que es un auténtico exorcismo para que el mal huya del cuerpo inmerso en sangre y sudor. Es difícil no enamorarse de alguien que ha vendido su alma al diablo, pero que lo acepta como algo irremediable y que además merece la pena.
Dicen que el joven Miles Teller, que es quien da vida a Andrew Neiman, le daba con anterioridad a las baquetas, aunque no dominaba la suerte del Jazz, tarea a la que se dedicó durante meses para trasladarnos veracidad.

Desde la Seminci 2014, y para rematar esta crónica, repetir que con Whiplash están de enhorabuena los amigos del Jazz y los amantes de sensaciones fuertes.
Sinhué
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