El buen oficio de Pixar se nota en esta admirable película Wall - E. Lo mejor de Pixar es que nos vienen entregando año tras año películas de animación que pueden ver tanto los niños como los adultos, y estos últimos sin aburrirse. La clave es sencilla: sin descuidar los aspectos puramente infantiles para un film de animación (personajes simpáticos, escenas de acción de vodevil, y finales felices) muestran a la vez una historia de la que se puede sacar un mensaje puramente adulto (en Wall - E hay una critica descomunal al consumismo, y a la vez también nos da un toque de atención en plan "cuidadito con los robots")

De ahí la nobleza de Pixar; unos tíos que sí, se están forrando, pero por lo menos con buen gusto e ideas positivas. Por Dios, se acabaron los bodrios infantiles en los que cada dos por tres estaban cantando...aquí lo más parecido a esas escenas del Disney más cursi son los bailes de Wall E y Eva...sencillamente maravillosos. Consiguen que una chatarrería como el robot Wall E caiga bien, además de convertirlo en un héroe de lo más patoso pero de lo más bonachón...y eso le encanta a la gente.

Y no cabe duda de la inteligencia de este film y de ese mensaje tan satírico y directo al ser humano. Pensé, dentro de 700 años seremos así. Gordos sentados de cualquier forma en maquinas que te desplazan por sitios ociosos y enfrente de una pantallita, sin mirar absolutamente lo que hay a tu alrededor. Y me di cuenta de que yo estaba en el sofá espanzurrado con el mando en la mano enfrente de la tele...y me acojoné, os aseguro que me acojoné.