Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Rocco Fermo:
9
Drama Primer largometraje de Gus Van Sant, rodado en blanco y negro con una cámara de 16 mm y un presupuesto de apenas 25.000 dólares. Walt, un treintañero gay, dueño de una tienda de alimentación, se enamora de Johnny, un joven inmigrante ilegal mexicano, heterosexual y que no habla inglés. Aunque es indiferente a Walt, Johnny aceptar dormir con él por dinero... (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Walt Curtis (Tim Streeter) está al cargo de una tienda de licores, a la que acude Johnny (Doug Cooeyate), un inmigrante mexicano que desconoce el idioma inglés. Walt se enamora perdidamente de Johnny y busca acostarse con él sin éxito.

Sin embargo, Walt prosigue sus intentos a la par que mantiene relaciones con Roberto Pepper (Ray Monge), el mejor amigo de Johnny.

Debut como director de Gus Van Sant, quien en blanco y negro (con alguna mínima parte en color) y con bajo presupuesto, filmó esta agridulce historia de amor homosexual, de amor loco, de amor apasionado, de amor humillante, que impulsa al protagonista principal a buscar callejeando y por hoteles baratos a su objeto de deseo, un inmigrante mexicano que no sabe ni papa de inglés.

Ambientada en Portland, es imprescindible contemplar esta película en original, ya que los mexicanos únicamente hablan en español y el personaje central, basado en el poeta Walt Curtis, en inglés con algún apunte en español.
Si se contempla doblada todito es escuchado en castellano, perdiéndose la curiosa interrelación cultural en medio de la vorágine de entendimiento amoroso, ya que el amor, más que el sexo (que también pero con una exhibición nada gratuita), es el motor de Curtis en su odisea de amor difícil que le lleva a formar parte de un singular triángulo.

Aunque todo resulta episódico, anecdótico, lo sucedido no aburre en demasía ya que dibuja y trata a los personajes con afecto, en especial al licorero interpretado por Tim Streeter, quien es condicionado de forma permanente por Johnny, sabedor de su posición desequilibrada de afectos.

Al margen de ello, la película, bastante visible en su retrato de personajes perdedores con acertadas ubicaciones ambientales, es narrada con estilo y énfasis en sus angulos, contrastes lumínicos que aúnan expresionismo y verismo, primerísimos planos, y músicas que viajan de tonadas tradicionales mexicanas a guitarras blues hasta la grande Mercedes Sosa.
Rocco Fermo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow