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Voto de glothisman:
3
Aventuras. Acción Inglaterra, siglo XIII. Robin Longstride (Russell Crowe), un magnífico arquero que ha luchado en las Cruzadas al servicio del rey Ricardo Corazón de León (Danny Huston), vuelve de Tierra Santa luchando contra los franceses y saqueando poblados. Cuando Ricardo muere alcanzado por una flecha, Robin se traslada a Nottingham para cumplir una promesa que hizo a Sir Robert Loxley (Douglas Hodge) antes de morir: llevar su espada a su padre, ... [+]
15 de septiembre de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que confesar que yo he puesto tanta atención viendo esta película como el amigo Scott en realizarla. Después de la siesta, mi padre me ha demandado una película moderna y realista con la que sobrellevar el sopor vespertino, así que he enchufado la consola( la xbox1, amigos, creme de la creme: el mejor media center nacido a este lado de la frontera) y le he puesto esta cosa. Debo aclarar que en esto del cine mi padre entiende por moderno algo que , esencialmente, no parezca viejo( aquí el factor clave es la calidad de la fotografía) y por realista que haya machotes , peleas y barro , es decir, que contenga un algo de acción y un bastante de ruido. Luego, observando el panorama, me he dado cuenta de por qué mi padre es el perfecto espectador para esta clase de bodrios. Les explico.

Mi padre se ha tragado todo el cine de acción de los 80. Todo aquello era carne de videoclub y no destacaba precisamente por su sofisticación. Visto ahora, el fotograma de aquella época ha perdido mucho de su brillo original. Salvo contadas excepciones, el cine de acción de los 80 se caracterizaba por su infantilismo y lo limitado de su factura técnica ( los presupuestos no eran los que se manejan ahora, aunque, por otra parte, en un mundo mucho más ingenuo que el de ahora, tampoco hacía falta). Pero hete aquí que, de repente, llega el cine de acción de los 90 con sus inflados presupuestos, su prurito digital y su vocación épica y , claro, mi padre, después de 10 años viendo a Stallone y a Kurt Russell haciendo gracietas mientras persiguen a los malos, no es capaz de salir de su asombro: por fin algo serio. Fíjate qué fotografía, mira cuanta sangre, y qué me dices de esos espadazos. Y no sigo con el análisis porque la conclusión es evidente. A mi padre le ha pasado como a muchos: su sed desesperada de cine ontológico les ha llevado a confundir la sangre con la épica y el dolby surround con el realismo.

El caso es que, mientras mi padre veía la película y yo jugaba con mis sobris, me ha dado tiempo a ver un desembarco de Normandía en slow motion, a una lady Marian hiperrealista repartiendo galletas por doquier y a un Robin Hood rodeado de machotes cabalgando hacia el amanecer.Y, de repente, obnubilado por el grano artificial que le mete Mr. Ridley a todas sus películas épicas para que parezcan más feudales, me ha venido a la mente un pensamiento terrible: que llevo ya como 10 años viendo al funcionario Scott hacer la misma película y que cada día estoy más desesperado porque no sé si podré resistir mucho más. Por un momento, también a mí me ha faltado la saliva y se me ha secado el gaznate porque yo , como mi padre, también estoy ávido de algo más moderno y realista que estas batallitas grotescas que se montan el Crowe y sus compis un día sí y otro también. Y es entonces cuando he sentido verdadero miedo, como si no hubiera gran diferencia entre nosotros o lo moderno pudiera ser cualquier cosa.
glothisman
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