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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
8
Comedia. Drama. Fantástico. Romance Stephane (García Bernal), un joven diseñador mexicano tímido e introvertido, es hasta tal punto cautivo de sus propios sueños que a duras penas controla su imaginación, que amenaza con imponerse al mundo real. Su madre, que es francesa, le ofrece un trabajo y lo convence para que vuelva a París. Su decepción es grande cuando comprueba que se trata de un trabajo rutinario en una pequeña oficina que comparte con tres singulares ... [+]
11 de febrero de 2007
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con ¡Olvídate de mí! (2004), esa maravilla (anti)romántica cuyo título original, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, procede de un verso del poeta inglés Alexander Pope, Michel Gondry y Charlie Kaufman formarían un tándem de ensueño, una especie de colaboración Buñuel-Dalí de nuestros días. Obra maestra incontestable, icono generacional, las (des)venturas de Carrey y Winslet se convirtieron, sin quererlo, en derroteros del cine moderno. A día de hoy, el boca oreja sigue calando entre los aficionados, y ya en las escuelas.

Con Kaufman emancipado (Cómo ser John Malkovich, El ladrón de orquídeas, Confesiones de una mente peligrosa), y en la lista de las cien personalidades más poderosas de Hollywood, Gondry se ha quedado solo, y quizás por ello regresa al piso de su juventud, para sentirse seguro, junto a su nuevo (anti)héroe, su nueva historia de (des)amor y un espacio absoluto de libertad narcisista no por ello desechable. Si el cine es una máquina de sueños, éstos son el modus vivendi y operandi de Stéphane (un estrambótico Gael García Bernal al que el doblaje no hace honor), álter ego de Gondry, un niño introvertido y tímido en un cuerpo de hombre, con una figura dominante femenina siempre al acecho, en este caso, la vecinita de al lado (espléndida Charlotte Gainsbourg, hija de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, una actriz que por suerte para todos está empezando a ser conocida internacionalmente tras 21 gramos).

La ciencia del sueño es un ejercicio surrealista que juega con fuego, y casi se quema. A ratos frívolo y dramáticamente hueco, a ratos genial, es una lucha entre la interpretación y la sensación, lo real y lo onírico, un despliegue de destrezas curtidas en el mundo del video-clip, stop-motion incluida, pero sobre todo, una parábola sobre la extraña belleza de lo perturbado, sobre el poder que la imaginación puede tener al afrontar el esperpento romántico de una realidad insoportable. Gondry nunca había sido tan transparente, afea su estilismo con la esperanza de emborracharnos en un territorio donde la inmadurez se convierte en un valor de pureza. Con su presuntuosa filosofía de lo cotidiano, quiere evitarnos los caprichos del amor, el dolor de su posible pérdida. ¿Está inventado todo ya en el cine? Con talentos así, lo dudo.
La Maga
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