Con un inicio prometedor y impactante, la serie se queda en un simple reflejo de lo que pudo ser. Una serie que intenta reflejar fielmente la realidad social y injusta en casos similares. Pero ahí se queda en un quiero y no puedo. Tal vez por el relleno de ciencia ficción que intenta añadir contenido de minutos a los capítulos, o tal vez por el sinsentido de muchas tramas durante la serie. Alba se queda en eso, en una serie más del montón entretenida, aunque con un final que roza la desesperación por repetitiva y el incremento de argumento sinsentido. Nota positiva, la pequeña visibilidad psicológica y presión mediática que sufre la protagonista Alba, que refleja la realidad psicosocial que viven este tipo de víctimas, así como la interpretación de la actriz sin duda lo mejor de la serie. Totalmente opuesta al papel de Jordi Ballester que desespera hasta al mas paciente de los telespectadores.