No seré yo quien levante la mano contra un director tan respetado e incluso reverenciado como Sam Raimi (jamás olvidaré "El Ejército de las tinieblas"), pero esta película no vale mucho, a no ser por la velada y sutil crítica que se hace a los bancos y sus préstamos, enmascarada tras el terror que provoca la maldición de una gitana (que levante la mano quien no haya recibido alguna vez alguna pendencia o baraja de un romaní cabreado al que no hayas comprado lotería o una ramita de olivo el día de pentecostés). El resto es para mojar y no echar gota, con unos efectos muy logrados, una música que, aunque acompaña bien la escena, no termina de cumplir su requisito primordial... es decir, asustar en el momento justo, preciso en que te despistas o tienes la mente en otras cosas o te enciendes un cigarrillo.
De todas maneras, Raimi deja su sello de burlón y poco acomplejado ante el reto de sembrar pánico entre las butacas. Quizá después de "Spiderman IV", nos alegre las pajarillas con alguna obra maestra de terror paródico. Saludos