Haz click aquí para copiar la URL
España España · Torre del Compte
Voto de alberto:
5
Drama Biopic sobre la decadencia del actor hollywoodiense Errol Flynn (Kevin Kline), cuyos últimos años estuvieron marcados por su gran adicción a las drogas y al alcohol. En medio de una vida turbulenta llena de amoríos y botellas de vodka, este playboy mantuvo una relación con Beverly Aadland (Dakota Fanning), una actriz de 16 años, a la que conoció cuando él tenía casi 50. La madre de la chica (Susan Sarandon) vio en esta relación la gran ... [+]
3 de marzo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Biopic bastante interesante aunque algo tópico y rutinario de la vida de Errol Flyn ya en la época de su madurez, tratando de suavizar la imagen disipadora y bastante gamberra del astro, una auténtica máquina de trasegar alcohol (y otras lindezas) y seducir mujeres. Tuvo más problemas con menores y bastante más turbios de los que cuenta la cinta, pero en general la visión es bastante creíble. Era un tipo vividor, con escasa moralidad, gran encanto, simpatía y generosidad. Fue uno de los héroes de aventuras ,más paradigmáticos y sus creaciones de Robin Hood y de capitán pirata, encantó a más de una generación. Esbelto, buen espadachín y jinete, tuvo una vejez prematura (de aspecto físico) aunque murió de un infarto con algo más de 50 años.


La anécdota algo escandalosa de sus amoríos con Beverly Aadland, cuando esta tenía 15 años, que luego sería su pareja hasta el momento de su prematura muerte. La joven la interpreta Dakota Fanning, mientras que Kevin Kline genial, que parece un doble perfecto de Errol.


Susan Sarandon, un poco histriónica en su versión de Florence Aadland, la madre de la joven, aporta su indudable carisma a un papel complejo y bastante duro: logra perfilar con habilidad dramática esa antigua bailarina que, tras abandonar su arte a causa de un accidente de tráfico en el que perdió una pierna, decide volcarse en su hija y lograr que ella realice su sueño. Una relación vampírica y abusiva, con sus buenas dosis de patetismo y cierta maldad y una hipocresía moral enorme que constituye el aspecto más oscuro de la cinta. Las relaciones sexuales entre adultos y menores, un tema espinoso, es tratado en la película como anecdótico casi risueño de la vida alegre del simpático rufián. Y eso, como sabemos , nunca es algo risueño o amable, sino morboso, patético, depravado y perverso. No hay más que recordar en nuestros tiempos el caso Polanski o el del director de FMI, Dominique Strauss-Khan.
alberto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow