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Voto de Tony Montana:
7
Ciencia ficción. Aventuras Último capítulo de la trilogía de precuelas de Star Wars, en el que Anakin Skywalker definitivamente se pasa al lado oscuro. En el Episodio III aparece el General Grievous, un ser implacable mitad-alien mitad-robot, el líder del ejército separatista Droid. Los Sith son los amos del lado oscuro de la Fuerza y los enemigos de los Jedi. Fueron prácticamente exterminados por los Jedi hace mil años, pero esta orden del mal sobrevivió en la clandestinidad. (FILMAFFINITY) [+]
3 de febrero de 2007
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy he vuelto a verla tras año y medio que lo hice en el cine y me ha vuelto a dejar esa gran sensación de quiero y no puedo, de pretender ser una obra cumbre de la historia del cine igual que la saga original, de recuperar ese sabor añejo de cartón piedra de la original, que aquí casi se consigue con unos trucos y efectos cutrísimos... pero al final se queda a medio camino entre las nuevas y las clásicas obras maestras. Pero al menos se preocupó de cerrar la nueva trilogía de una forma respetuosa para con su obra y no seguir por la senda pseudo-culebrón que empeñó en los dos primeros capítulos de la nueva trilogía, donde la infancia y el amor de Anakin centran todo de una forma vomitiva para dejar en un segundo plano cómo se va convirtiendo en uno de los malos más grandes del cine y en cómo la República va dando paso al Imperio.

Es una película en la que virtudes y defectos van tan a la par que es imposible determinar cuál de las dos ganaría en una hipotética batalla, lo que lo convierten en un film terriblemente irregular salpicados por momentos de un gran cine que llena la pantalla. No sé si es algo que sólo he visto yo, pero esta película toma prestadas muchísimas secuencias de la trilogía por excelencia, El Padrino, y son precisamente estas las que se convierten en los mejores momentos de toda la película, de forma que todo ello quede conjuntado lo mejor posible para que el clímax concentre toda la fuerza y esta no se vaya perdiendo a lo largo de toda la película. Lucas no se ha complicado y ha escrito un guión sencillo y directo, dejando un poco de lado las azucaradas secuencias entre Padme y Anakin, el principal defecto de las anteriores, y ha ido a lo que importa, aunque quizás dando demasiadas explicaciones de todo cuanto acontece, sin saber que sus propios personajes son ya parte de la memoria popular. El problema es que Lucas no es un director demasiado capacitado, y si a ello le sumamos el error en el cásting es evidente que costará más hacerlo bien. Una dirección de actores realmente pésima, con sobreactuaciones o actuaciones sin ninguna fuerza dramática, lo que la convierten en un fallido intento de recuperar la grandeza de las originales.

Entre las virtudes, John Williams, claro que esto no es sorpresa. Sabe qué música le va bien a cada escena y ayuda a levantar algunos momentos en los que Lucas no es capaz de sacar adelante la trama. También algunos guiños a la original, sobre todo al final, en Tatooine. Pero quizás no son virtudes del propio Lucas, si no de la sensación nostálgica que despierta en el espectador ver imágenes que le retrotraen a la clásica y modesta obra basada en Kurosawa y westerns de serie b. En fin, menos da una piedra.
Tony Montana
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