Adrenalínica e hiperbólica cinta de ciencia ficción y acción rodada en priomera persona. Un soldado muerto es resucitado mediante una avanzada tecnología en forma de una suerte de cyborg letal que acribillará a todo el que se ponga por delante hasta conseguir su meta.

No queda más por añadir. Es como introducir a "John Wick" en un videojuego tipo shooter de visión subjetiva como "Doom". Mata a todos, no falla nunca, y siempre sale vivo. El componente de ciencia ficción ayuda a que no sea una chaladura como la de Keanu Reeves, al menos se las han compuesto para que haya cierta coherencia argumental sin que el ridículo nos haga saltar los empastes.

Por supuesto, una vez empieza el violento despliegue no hay tregua, tanto que hasta bien avanzado el metraje no acabamos de entender el porqué de todo lo que ocurre. Luego llegan las explicaciones, quizá demasiado de libro pero el viaje ha sido tan divertido que poco nos importa.