El cine italiano, plagado de numerosísimas producciones pésimas y lamentables, quizá para compensarlo, dio al cine universal algunas de sus mejores joyas. Y aunque la más afamada de entre estas últimas sea “Ladrón de bicicletas”, yo siento debilidad por “Milagro en Milán”. Una sorprendente obra de neorrealismo mágico, que aun sonando contradictorio, aquí se complementan, de modo delicioso, para componer de un drama social un bello cuento de hadas a la italiana... Ríase usted del problema actual de la vivienda; hoy en día éste es un verdadero lujo en comparación con lo que fue durante las postguerras europeas. Sobre todo en países –no sé si es que siempre llueve sobe mojado– cómo España o Italia.

En esta obra, quizá sin advertirlo, Vittorio De Sica nos evoca, en ciertos momentos, los momentos más conmovedores del cine de Capra… Pero esto último sólo es una percepción personal y no la haga demasiado caso…