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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Voto de Ok Rick:
9
Comedia. Drama. Fantástico Totó es un bondadoso huérfano que vive, igual que otros muchos desharrapados, en un mísero barrio de chabolas en las afueras de Milán. Cuando en los terrenos donde viven se descubre petróleo, Totó, tan ingenuo como bienintencionado, decide enfrentarse al poderoso señor Mobbi, el dueño del suelo. Aunque contiene elementos fantásticos, constituye con "Ladrón de bicicletas" y "Umberto D." la gran trilogía neorrealista de De Sica. (FILMAFFINITY) [+]
10 de marzo de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras El Limpiabotas y Ladrón de Bicicletas, y antes de Umberto D (e incluso Estación Términi), De Sica nos ofreció la cara "más amable" del neorrealismo con la admirable Milagro en Milán.

Y entrecomillamos lo de amable. Porque si bien es verdad que la película cumple con la mayor parte de las constantes que caracterizaron al movimiento (actores no profesionales, rodaje en escenarios naturales, economía de medios, visión desoladora -o sea, realista- de la situación de su tiempo ...), se aparta de gran parte de la producción neorralista (su propio autor, Rossellini, etc.) en la introducción del tono de comedia que planea sobre toda la cinta y los elementos sobrenaturales que presiden la segunda de las dos partes en las que se divide.

De Sica (que contó con la colaboración en el guión de varios autores, entre ellos clásicos de la época como D'Amico y Zavattini) nos cuenta como Totó, tras salir del orfanato, comienza a crear una barriada en el extrarradio de Milán junto a otras familias de pobres sin hogar. El terreno será vendido a un rico propietario, Mobbi, que querrá ocuparlo cuando se descubre petróleo.

En la primera parte De Sica (uno de los mejores directores y actores italianos y no sólo de esta nacionalidad de la historia) nos narra las condiciones míseras de este grupo de gente y cómo son capaces de hacerse sus casas y disfrutar, sí disfrutar, de la vida (cantar plasma esa felicidad, qué poco necesitan). La introducción del anteriormente mencionado tono de comedia ayuda a "suavizar" la crueldad de ´las imágenes, donde destaca especialmente aquella escena en la que todos buscan el lugar donde caen los rayos de sol para poder calentarse mientras saltan para mantener calientes los pies.

En la segunda, el director italiano parace embuirse en el espíritu capriano y, ante el acoso de Mobbi y sus patrullas, cuenta como Totó recibe el don de hacer realidad todos sus deseos. Con ello, podrán enfrentarse al especulador. Sin embargo, a diferencia de Capra (el cineasta rooseveltiano por excelencia, de Franklin no de Theodore, por supuesto) De Sica no parece confiar en la bondad del sistema: cosas de la Democracia Cristiana.

Conclusiones en spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ok Rick
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