Me da mucha lástima observar cómo siempre pasa lo mismo, tengo la sensación de que estas películas que retoman sagas míticas, cuentan entre sus principales obstáculos con gran parte de los fans más acérrimos de las mismas. Parece como si mucha gente devota de la saga estuviera con el arco tensado mientras la visiona para, al mínimo detalle que no les convence, atacarla despiadadamente. Se mire por donde se mire, es una película de Indiana Jones y posee todo el encanto y detalles fantásticos de las demás. No creo que sea justo achacar al film que tiene cosas poco creíbles, de hecho, me cuesta creer que alguien que haya seguido la saga piense de esta manera, pues está llena de cosas así: poder de Dios, corazones que laten fuera de sus cuerpos, el Santo Grial y la vida eterna.
La nueva entrega es una más que digna secuela que, aquel que sepa lo que ha ido a ver y por qué, disfrutará de lo lindo. Por el contrario, los fans deseosos de despellejar al arqueólogo encontrarán, ni más ni menos, tantas excusas para hacerlo como en los tres films anteriores.
Puede que todo radique en pensar que aquellas películas, muchos de nosotros, las vimos con ojos de niño impresionable, y es así cómo debe visionarse ésta; dispuesto a sumergirse en la magia de un mundo donde todo es posible, el mundo de Indiana Jones... el mundo del cine al fin y al cabo.
Aconsejo a esos fans despellejadores el visionado de la saga al completo, y luego que se paren a pensar si han sido justos con el bueno de Indy.