De principio a fin, la película está hecha para que Pierce Brosnan exhiba sus dotes como agente secreto. ¿Pero a quién demonios no le puede gustar esta película? Para mi, una de las mejores. Mezcla un buen guión con multitud de colosales escenas de acción y muchos malos (unos más carismáticos que otros). El argumento es muy original, incluyendo un satélite soviético que destruye equipos informáticos mediante pulsos electromagnéticos (perfectamente creíble y más original que el tópico del virus informático). Todo se hila perfectamente bien, paso a paso hasta conocer el plan del villano (Sean Bean), acompañado de infinidad de esbirros y secundarios. Pierce se pasea por un montón de escenarios al rededor del mundo y los destroza todos (sin dar lugar al aburrimiento). La carencia de efectos especiales por ordenador no hace sino subirle muchos puntos. Pierce atraviesa un muro de ladrillo con un tanque sin despeinarse, ¡Y no es un muñeco de videojuego! Tan sólo la escapada de la base soviética alcanzando una avioneta en despegue con una moto de cross mientras el ejército rojo le acribilla con los AK-47 ya merece la pena. ¡Y te lo crees porque las escenas están perfectamente rodadas sin dejarte cara de tonto! Y ni hablar del carisma del nuevo Bond, haciendo carreritas con el Aston Martin, jugando en casinos y machacándose el hígado con los Martinis.

Lo único que sobra en la película son dos cosas:

-La asesina que mata con las piernas.
-Gadgets muy poco creíbles. (Otros no)