Entiendo que es complicado ir a contracorriente, aún más si se trata de la continuación de una serie que ha creado hermandades de defensores de una fantasía kitsch que tuvo momentos brillantes. Aún así me atrevo a criticar lo que he visto de momento, por varias razones:
Si utilizan elementos del medievo, creo que aunque se trate de una época y contexto históricos imaginarios, deberían ceñírse algo a la ética de las artes decorativas, es decir, independientemente de que entienda que a los norteamericanos les sea mucho más fácil hacer un "aquí vale todo" creo que deberían imaginar e inventar también los muebles, enseres, vestuarios, etc.., y no utilizar elementos que les apetezca de la historia caprichosamente como almohadones napoleónicos del neoclásico con jarras pico de pato del XVII, tipos de velas que no se utilizaron así hasta el XVIII, en medio de combates de fustas y armaduras que a mi juicio es un poco hortera. Si vale todo porque es fantasía, ¡pues que los guerreros coman hamburguesas, total!
También entiendo que la política de moda del "me too" obligue ahora a que las mujeres sean protagonistas y empoderadas y esto me parece bien, pero si la industría quiere ser feminista debería pagar lo mismo a actrices que a actores o contratar por talento y no por belleza.
La producción es impecable, los excelentes postizos, magníficos encuadres que son dignos de Hbo, aunque éstas series hechas digitalmente sean poco creíbles, sumando diálogos soporíferos y esa maraña de fantasía un poco de tienda china, bien parecen encantar a sus fans; sin embargo a mí no me llega.
Imagino que Producción habrá presionado a los guionistas para que metan un efecto "boda roja", aunque sea con calzador, para seguir haciendo caja.