Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Intriga. Terror. Thriller Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento "demasiado" complaciente de los padres se debe a su ... [+]
7 de mayo de 2017
24 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvando las distancias, “Get Out” vendría a suponer lo que “The Witch” (La bruja, 2015) hace un año por estas mismas fechas; esto es, una grata sorpresa y excelentes noticias para un tipo de cine hundido en el cieno por cerca ya de dos décadas de títulos mayoritariamente infumables.
Nos encontramos aquí ante una amalgama feliz de motivos y referencias, especialmente en sus dos primeros actos, durante los que se transita de la denuncia social al thriller con ribetes de terror psicológico, todo ello salpimentado con sabrosas dosis de “blaxploitation” descaradamente autoparódica.
Efectivamente, la película parece en su arranque la versión que un aprendiz de Hitchcock, aventajado y con muy mala uva, hubiese rodado de la icónica “Guess Who´s Coming to Dinner” (Adivina quién viene esta noche, 1967) o la más reciente —y mucho menos interesante— “Meet the Parents” (Los padres de ella, 2000). Las situaciones forzadas y los silencios incómodos inherentes al trance de conocer a la familia política se encadenan en un “crescendo” de tensión, como una olla puesta al fuego y dejada a su albur, que acaba generando una atmósfera irrespirable en cada uno de cuyos fotogramas se masca la tragedia.
La escalofriante escena de la hipnosis constituye la puerta de entrada a un tramo, el de la fiesta de cuarteados “WASP”, donde el surrealismo triunfante hubiera hecho las delicias de un Buñuel, con quien no cuesta entroncar el cáustico retrato que hace “Get Out” de las perfidias burguesas. Tampoco se abandonan los guiños hitchcockianos: el teleobjetivo de la cámara fotográfica como intermediario entre la acción y el espectador remite poderosamente a “Rear Window” (La ventana indiscreta, 1954). Incluso a “Blow-Up” (Blow-Up. Deseo de una mañana de verano, 1966), de Antonioni.
Acabado el bizarro “happening” y llegados al momento decisivo, a Jordan Peele se le plantea una disyuntiva en absoluto fácil de cara a cerrar la historia: encauzarla de regreso al melodrama racial a que apuntaba el planteamiento, lo que hubiera dotado a la película de una estructura circular, por ende ortodoxa, y de una impronta más seria; o bien ahondar en la insania que preside el nudo llevándolo a un desenlace en esa misma línea, con el correspondiente riesgo de desmadre. Como nunca se ha escrito nada de los cobardes, opta por lo segundo, con un despiporre de serie B —baño de sangre, científico loco y lobotomías incluidos— rabiosamente divertido. Culmina el doble salto mortal sin red con un último esguince argumental digno de la más chocarrera telecomedia afroamericana. A ver quién da más.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow