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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Comedia. Drama. Romance Sam Wexler, un joven aspirante a escritor, tiene un día pésimo: debe acudir a una importante cita con el director de una prestigiosa editorial de Nueva York y se despierta tarde y con resaca; por el camino se encuentra con un niño que ha perdido a su madre en el metro; Sam se debate entre continuar su camino o hacerse cargo de él hasta que encuentre a su madre. Como ésta no aparece, decide entonces llevarlo consigo a la editorial. La ... [+]
24 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut de Josh Radnor como realizador me ha causado la misma sensación que me dejara “Liberal Arts” (Amor y letras, 2012), segunda —y hasta la fecha, última— película de su autoría. Tanto es así, que el título que di a la reseña de aquélla —“Agradable e inofensiva”— valdría también para la de ésta.
Los papeles que el Radnor actor acostumbra a interpretar dan idea de un buenazo renuente a crecer, enamoradizo y ciertamente ingenuo. Eso mismo transmiten los personajes que recorren su opera prima. Todos ellos treintañeros con relajados trabajos a media jornada que, en la vida real de la "gentrificadísima" Nueva York que habitan encantados de conocerse, no les darían ni para comprar un donut. Pero esto es cine y “los sueños, cine son”. De modo que su gran preocupación no es pagar la hipoteca o el alquiler o la letra del coche o incluso irse al paro, sino encontrar al amor de sus vidas aproximadamente cada 24 horas. Haciendo un sostenido esfuerzo de buena voluntad y contagiado del infatigable optimismo de su director, pueden aceptarse tan absurdas premisas y disfrutar de sus elegantes maneras cinematográficas, plasmadas en una refrescante factura indie, unos diálogos no diré que chispeantes pero sí más elaborados que lo que es de uso, y la dulzura de una banda sonora cuyas notas redondean un conjunto que denota un mimo y un saber hacer notables.
En cuanto a su reparto, tanto el estereotipado escritor que no escribe encarnado por el propio Radnor como esa especie de Christian Bale con discapacidad intelectual que parece Pablo Schreiber compiten en inoperancia. Uno porque ha basado su exitosa carrera en no hacer más que de sí mismo y el otro porque... en serio, ¿le pasa algo? Así que me quedo con la divertida Zoe Kazan y una luminosa Kate Mara. No así con Malin Akerman, cuya enferma de cáncer exigiéndole madurez a todo Dios pero sin aplicarse el cuento se me hace especialmente irritante.
La referencia a Woody Allen, muy socorrida siempre que alguien ambienta una comedia romántica en Nueva York —o sea, varias veces al día, en este y en los infinitos universos paralelos— y en la que reconozco haber incurrido sin pudor, es aquí palmaria, aunque no con la devoción que cabría esperar. Recuerden, si no, la reflexión que le dedica Zoe Kazan de regreso de una de sus “frecuentes” películas. Y yo que pensaba que a Radnor le faltaba “punch”... quizá “HappyThankYouMorePlease” no sea tan inocua. Mejor para ella, mejor para todos.
Carorpar
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