Me gustaría poder encontrar el suceso verídico en el que basaron esta obra. Da la sensación de que han cogido el caso real de un supuesto exorcismo de una preadolescente ligado a una caja, y, acto seguido, han dejado volar la escasa imaginación de los guionistas, en aras de crear un, ya reiteradísimo, argumento para la que hoy aquí nos ocupa.

Tengo tan “encajado” a Jeffrey D. M. en su papel más conocido, que se me hace rara e, incluso, forzada, su interpretación de padre buenazo aunque algo desastre con sus deberes familiares. -Topicazo-.

La dirección, por parte del danés Ole Bornedal, no resalta. Los demás aspectos ténicos tampoco y, a mi parecer, la banda sonora llega a ser en algún momento estruendosa. Con calzador.

En definitiva: una floja película que es muy previsible, aunque tampoco la considero una hez con todas las letras.

Vedla en estos tiempos de cuarentena a causa del puñetero Covid 19 pero, chekeadla con la certeza de que “es una película más sobre exorcismos”, que no os aportará nada más que un entretenimiento momentáneo y efímero.


Gracias por leer.