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Voto de Feisal:
5
6,1
15.267
Drama
Inglaterra, siglo XVI. Narra la historia de dos hermanas, Ana y María Bolena (Portman & Johansson). El padre y el tío de ambas, movidos por la ambición de mejorar el nivel social y el poder de la familia, convencen a las jóvenes para que conquisten el amor de Enrique VIII (Eric Bana), Rey de Inglaterra. Ana y María abandonan su vida en el campo para trasladarse al peligroso y apasionante mundo de la corte. Pero, pronto surge entre ellas ... [+]
11 de marzo de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente, nos está llegando desde Albión un nuevo tipo de películas históricas que se pasan la Historia por el forro. Es una nueva manera de reescribir la historia al antojo de los productores: se potencian unos personajes, a los que se les pone la etiqueta de "buenos" y se degradan otros, plantándoles un rótulo de MALVADO en la frente. El paradigma de este cine es "Elizabeth: la edad de oro", producto indigesto e infecto donde el director y los productores pasaban gran parte de la historia del siglo XVI en Inglaterra a través de un filtro "starwarsiano", dando como resultado una historieta entre los buenos ingleses blancos y los malos españoles negros, con Juana de Arco... perdón, con Isabel I arcangelizada en la piel de Cate Blanchett. Con nominación al Oscar y todo, oiga.
En fin, con "Las hermanas Bolena" tenemos un ejemplo similar (y habrá más, me temo, es muy rentable reescribir la Historia), aunque no tan indigesto, porque más que reescribir la historia, lo que hacen aquí sencillamente es teñir todo el lío de Enrique VIII con Ana Bolena, sus quebraderos de cabeza y su abrazo al anglicanismo para quitarse de enmedio a Catalina de Aragón, de un color rosa palo intenso. Ya desde su preciosista primer imagen, la película es un sinfín de líos, amoríos, desengaños, perversidades, dudas y pasiones que harían las delicias de Corín Tellado o de cualquier guionista de culebrón televisivo. Justin Chadwick, realizador televisivo, no ha querido mojarse con rollos históricos ni con matices religiosos o políticos, y se ha cargado de un plumazo personajes relevantes como el cardenal Wolsey o Tomás Moro. Prima el triángulo amoroso entre las dos hijas de la oportunista (y trepa) familia Bolena, y el rey. Por supuesto, ambas son maniqueamente complementarias: la buena y la mala, la inocente y la calculadora, la sencilla y la ambiciosa. No hay más matices ni psicología, y Scarlett Johansson y Natalie Portman hacen lo que pueden con sus endebles y tópicos personajes. Natalie está muy bien, ligeramente sobreactuada en ciertas escenas, pero salva con dignidad su papel de seductora-ambiciosa-sin-escrúpulos-que-al-final-demuestra-que-tiene-corazón.
Eric Bana, buen y solvente actor (véase "Troya" o "Munich"), también intenta levantar su personaje de alguna manera, pero su Enrique VIII termina siendo una parodia, alternando la duda con la ira sin descanso, no dando muestras de grandeza o de majestad, sino de ser un pelele usado por la nobleza. Una lástima, como lástima es también la galería de secundarios tópicos y cansinos, desde la oscura mente que está detrás de todos los acontecimientos (el duque de Norfolk), el oportunista al que la situación se le escapa de las manos o la madre sufridora y digna. En fin.
Sigue en spoiler
En fin, con "Las hermanas Bolena" tenemos un ejemplo similar (y habrá más, me temo, es muy rentable reescribir la Historia), aunque no tan indigesto, porque más que reescribir la historia, lo que hacen aquí sencillamente es teñir todo el lío de Enrique VIII con Ana Bolena, sus quebraderos de cabeza y su abrazo al anglicanismo para quitarse de enmedio a Catalina de Aragón, de un color rosa palo intenso. Ya desde su preciosista primer imagen, la película es un sinfín de líos, amoríos, desengaños, perversidades, dudas y pasiones que harían las delicias de Corín Tellado o de cualquier guionista de culebrón televisivo. Justin Chadwick, realizador televisivo, no ha querido mojarse con rollos históricos ni con matices religiosos o políticos, y se ha cargado de un plumazo personajes relevantes como el cardenal Wolsey o Tomás Moro. Prima el triángulo amoroso entre las dos hijas de la oportunista (y trepa) familia Bolena, y el rey. Por supuesto, ambas son maniqueamente complementarias: la buena y la mala, la inocente y la calculadora, la sencilla y la ambiciosa. No hay más matices ni psicología, y Scarlett Johansson y Natalie Portman hacen lo que pueden con sus endebles y tópicos personajes. Natalie está muy bien, ligeramente sobreactuada en ciertas escenas, pero salva con dignidad su papel de seductora-ambiciosa-sin-escrúpulos-que-al-final-demuestra-que-tiene-corazón.
Eric Bana, buen y solvente actor (véase "Troya" o "Munich"), también intenta levantar su personaje de alguna manera, pero su Enrique VIII termina siendo una parodia, alternando la duda con la ira sin descanso, no dando muestras de grandeza o de majestad, sino de ser un pelele usado por la nobleza. Una lástima, como lástima es también la galería de secundarios tópicos y cansinos, desde la oscura mente que está detrás de todos los acontecimientos (el duque de Norfolk), el oportunista al que la situación se le escapa de las manos o la madre sufridora y digna. En fin.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En este nuevo estilo de películas "históricas", como no podía ser de otra manera, priman la música romántica new age, los típicos planos cielo-nuboso-con-nubes-aceleradas-pasando, y toda la colección completa de planos (cenitales, contrapicados, picados...) de cualquier manual de cine. Qué nostalgia por el buen cine histórico de los 60 y 70, donde se hacían películas entretenidas, rigurosas históricamente y sin virguerías con las cámaras.
La película aprueba raspadamente por su ambientación, porque los tres protagonistas son tres buenos actores (en unos personajes horriblemente perfilados, eso sí), y por esa Ana Torrent estupenda y magnífica en su escaso papel de Catalina de Aragón, que levanta la película solo con las escenas en las que sale. Película rosa y descafeinada que debiera haber sido mucho más que una colección de personajes sufridores y pasionales. Urge revisar "Ana de los mil días" y "Un hombre para la eternidad" para quitarse el sabor dulzón y empalagoso de la boca.
P.D.: Ridículos los 20 minutos finales, en los que Ana Bolena muta de una escena para otra en paladín de la bondad y la dignidad, defendiendo su honor cuando se pasa la película entera puteando a unos y a otros, incluso a su propia hermana, para llegar a un final en que casi la presentan como mártir de la historia, y queda perdonada. Impresionante, como lo de que su hermana, la delicada Scarlett, monte a caballo y cabalgue sin descanso hasta llegar hasta el rey y suplicarle por el perdón para su hermana. Oigggh.
La película aprueba raspadamente por su ambientación, porque los tres protagonistas son tres buenos actores (en unos personajes horriblemente perfilados, eso sí), y por esa Ana Torrent estupenda y magnífica en su escaso papel de Catalina de Aragón, que levanta la película solo con las escenas en las que sale. Película rosa y descafeinada que debiera haber sido mucho más que una colección de personajes sufridores y pasionales. Urge revisar "Ana de los mil días" y "Un hombre para la eternidad" para quitarse el sabor dulzón y empalagoso de la boca.
P.D.: Ridículos los 20 minutos finales, en los que Ana Bolena muta de una escena para otra en paladín de la bondad y la dignidad, defendiendo su honor cuando se pasa la película entera puteando a unos y a otros, incluso a su propia hermana, para llegar a un final en que casi la presentan como mártir de la historia, y queda perdonada. Impresionante, como lo de que su hermana, la delicada Scarlett, monte a caballo y cabalgue sin descanso hasta llegar hasta el rey y suplicarle por el perdón para su hermana. Oigggh.